No pudo ser. Las esperanzas de Joan Barreda de cambiar su historia en el Dakar y adjudicarse la mítica prueba se esfumaron, pese a haber sido capaz de imponerse hasta en cuatro etapas de esta última edición. Pero el de Torreblanca lo tiene claro: «Soy cabezón y hasta que no consiga ganar el Dakar, no voy a parar», manifestó tras la última etapa.

El piloto de Honda, ayer tercero, cerró el rally en quinta posición, a 43.08 minutos del campeón, Sam Sunderland (KTM). A la hora de hacer balance, señaló que han «dado el máximo». «Hemos hecho un buen trabajo durante el año y lo he podido mostrar. El año pasado hicimos unos cambios para programar bien el Dakar y llegar más fuertes que nunca y han funcionado: he tenido una moto magnífica -todas las motos Honda fueron perfectas- somos un equipo muy fuerte».

Tras quedar fuera de los tres primeros puestos, el provincial afirmó que «claro que duele no subir al podio, pero el deporte es así». «Ganar el Dakar no es fácil, hay que seguir fuerte, más fuerte que nunca. Tiene que salir, porque el trabajo y el esfuerzo está ahí, no voy a desistir», añadió.

La historia de este año pudo ser otra de no mediar la sanción a Barreda con una hora extra por repostar en una zona prohibida, durante la cuarta etapa. El castellonense dijo que la «apelación» de esa medida es un paso que Honda «aún tiene que decidir si se hace». «Si realmente Honda tiene el derecho, según el reglamento, que lo luche. Me haría ilusión defender mis derechos», valoró.

El Dakar 2017 concluyó con el español Gerard Farrés tercero en motos y con el francés Stéphane Peterhansel ganando por 13ª vez, la séptima en coches.