Joan Barreda luchó hasta el final para dar un vuelco a la clasificación del Dakar y hacerse con el título, pero el ímpetu mostrado en la penúltima jornada entre San Juan y Río Cuarto, con 754 kilómetros (288 de especial) no fue suficiente. Terminó segundo en la etapa, por detrás de su compañero de equipo, el portugués Paulo Gonçalves —le aventajó en 1.09 minutos—, y sacó diferencias a los cuatro pilotos que marchan por delante de él en la general, aunque no el suficiente para superar a ninguno de ellos.

De este modo, el torreblanquino permanece en el quinto lugar de la general, que sigue encabezando Sam Sunderland, que no dudó en administrar la ventaja que tiene para convertirse en el virtual vencedor de esta edición, puesto que la última etapa, que se celebra hoy entre Río Cuarto y Buenos Aires —apenas son 64 kilómetros cronometrados y sin ninguna trampa— debe servir como un paseo triunfal para los primeros de la clasificación.

El británico se dejó ayer más de seis minutos con respecto a Barreda, pero no le preocuparon en ningún momento. Incluso se permitió el lujo de pararse durante la etapa, en la que no tomó ningún riesgo debido a que cuenta con más de media hora de ventaja sobre sus rivales.

Tras la jornada de ayer, el torreblanquino se queda a poco más de 14 minutos del segundo puesto, que ocupa Matthias Walkner, mientras que tercero y cuarto de la general son, respectivamente, Adrien Van Beveren y Gerard Farrés, que van 10 minutos por delante del piloto provincial.