El miércoles es el día. El PSG de Neymar visita el Bernabéu y la tregua de los aficionados madridistas pensando en la eliminatoria europea caduca el 14-F, jornada que puede significar un antes y un después en la era Zidane con muchos nombres en el punto de mira. La despedida que tuvo Benzema el sábado tras fallar un gol cantado en el último instante reducen sus posibilidades de redención al mínimo. Solo una transfiguración inopinada del francés el miércoles le devolvería el favor de un público que hace mucho tiempo dejó de considerarle el delantero centro que el equipo blanco merece y necesita.

Titular fijo

El de Zizou lo tiene y su presencia en la formación titular ante el conjunto parisino no peligra, a tenor de lo dicho por el técnico tras la goleada a la Real. «No sé por qué hay pitos. La gente puede hacer lo que quiera. Lo que digo es que Karim ha tenido ocasiones y no ha marcado, pero lo importante es pensar que un día las meterá y cambiará su racha», manifestó el entrenador, que no convence a nadie con su obstinación en otorgar a su compatriota la condición de intocable, pese a sus dos goles en la Liga para un total de seis en lo que va de temporada.

La titularidad de Benzema no es lo que provoca al técnico los mayores dolores de cabeza. Probablemente lo que no deja de marearle es la conveniencia de repetir el equipo del sábado, a excepción del sancionado Carvajal, si quiere, como aseguró después, que ante el PSG el Madrid entre con la misma chispa y convicción que frente a la Real. Lucas Vázquez y Asensio hicieron mucho por que así fuera, pero cuesta creer que Casemiro y Bale vayan a quedarse fuera en la cita decisiva. El gallego y el mallorquín resultaron determinantes para dotar al equipo del equilibrio que necesitaba para recuperar su autoestima cara al miércoles, pero mantenerles va contra los principios de su entrenador.