El clásico del Bernabéu dejó varios triunfadores. Aunque casi todos los focos se dirigieron hacia la figura de Isco, otro de los que abrieron la puerta grande fue Benzema. El francés, en su línea de indiferencia tanto para las victorias como para las derrotas, por fin ha conseguido brillar con luz propia. Y eso pese a tener a su lado a una persona que, con su perfección, condiciona a peor el rendimiento de todo lo que le rodea. O dicho de otra manera: jugar al lado de Ronaldo condena a cualquier jugador porque le ensombrece.

Pues bien, Benzema está logrando ese equilibrio que tanto pide Ancelotti de los suyos para ganarse el respeto de la afición blanca. Sus críticos se van quedando sin argumentos para reprocharle la falta de gol, pues el gatito (como le definió Mourinho) ya suma ocho dianas (cuatro en Liga y cuatro en Champions) en dos meses de competición.

Para los amantes de la estadística, Benzema acumula 119 tantos en partidos oficiales desde que llegó al Madrid (acaba de iniciar su sexta campaña de blanco) y está a dos de igualar al Pipita Higuaín, que estuvo siete temporadas en el Madrid. H