El Acero pasa por tener el ataque más poderoso del grupo VI de Tercera, ya que entre Bielsa (9), Oliva (8) y Noé (7) suman 24 goles, más de los que llevan varios equipos. En un campo tan caliente que hasta su nombre (El Fornás), avisa de lo que espera al Castellón, los albinegros cuentan en sus filas a un defensa más frío que el propio Acero, un zar imperial llamado Andrey Blyndu.

Si ya era un buen jugador el año pasado, cuando la barrera del idioma le coartaba, ahora es un futbolista con un valor añadido. Se nota los tres meses que fue en Alicante a la Cruz Roja, a clases de español para extranjeros, cuando militaba en el filial del Hércules. También, sin duda, las charlas con su novia, con la que vive aquí y que tuvo muchísimo que ver en que el ruso pudiera volver a vestir como albinegro, en unas condiciones que en nada tienen que ver con las de meses atrás. Blyndu le devuelve el favor, ya que tres tardes a la semana le hace de preparador físico, en unas clases de niñas de gimnasia en un pabellón de Vila-real.

“Me encuentro mejor que el año pasado: conozco a muchos de mis compañeros, también el idioma... así que no estoy teniendo problemas con la adaptación”, señala Blyndu. Confía en seguir progresando también en este terreno: “Espero ir a una academia, pero aprendo muchas palabras en los partidos y en los entrenamientos”. También bromea al señalar que “las palabrotas es lo primero que uno aprende...”.

MÁS FUERTE, MÁS INTELIGENTE // Su (re)debut no fue nada satisfactorio, frente al Borriol, pero luego ha ganado en aplomo: “Sé que cada partido tengo que ser más fuerte y más inteligente que el rival”. Con todo, está jugando desde el inicio y prácticamente la totalidad de los minutos, dentro de un engranaje defensivo que salvo accidentes como el reseñado, funciona muy bien: “Si la misión de los delanteros es la de marcar goles, la de los defensas es mantener la portería a cero”.

El Castellón, con él, ha ganado en salida de balón y en desplazamiento en largo, algo que expresamente le pide Cuesta: “Me gusta como entrena y es exigente conmigo, aunque lo prefiero. H