La pretemporada sirve para probar, conjuntar, extraer conclusiones y despejar algunas dudas. Y a eso se dedicó en el Stade Saint Michel de Rousillon Javi Calleja. Alineó 22 jugadores, comprobó la polivalencia de algunos como Alfonso Pedraza, ubicándole de lateral izquierdo, o Miguel Layún como mediocentro y, posiblemente, le debieron entrar dolores de cabeza cuando volvió a refrendar que algunos canteranos como Manu Morlanes o Miguelón están demostrando que podrían estar en el primer equipo sin problema. Un aficionado que no conozca el Villarreal no distinguiría entre ambos y el resto.

Las sensaciones en cuanto a rendimientos individuales volvieron a ser notables ante el Montpellier de la Ligue 1 francesa, con el que se empató con tanto postrero de Toko-Ekambi (1-1).

El Submarino volvió a empatar a uno por tercera vez este verano. Idéntico marcador que ante Hércules, Marsella y ayer ante el Montepellier. El resultado es mera anécdota porque lo que le interesa al técnico es rodar a sus jugadores y despejar, o en este caso se podría decir que alimentar más, sus dudas con alguna varios futbolistas. La plantilla se le hace grande. Incluso Pau continúa demostrando que es un proyecto de central impresionante.

El debate respecto a Santi Cazorla parece ya zanjado. Se queda y punto. En Rousillon demostró que, pese a que llevaba más de 600 días sin jugar al fútbol, está para darle mucho al Submarino. Lo que apunta es bárbaro y todavía el asturiano, como todos sus compañeros, está al 50%. Un lujo verle jugar y un lujo tenerle en este nuevo Villarreal. Calleja le dio media hora más, porque continúa con el plan de dosificarle para ultimar su puesta a punto. Vería el fútbol incluso a oscuras porque lo intuye, huele el desmarque e interpreta todos los recursos ofensivos como nadie.

Layún disputó sus primeros minutos de amarillo. Es el típico jugador que hace más fuerte a un equipo. No tiene nada especial y lo tiene todo. Fuerte, agresivo, rápido, con buen golpeo de balón… Calleja le situó como medio centro y rindió perfectamente. Con él tienes un comodín para tres barajas. Y Alfonso Pedraza cubrió bien el lateral zurdo.

Lo de Morlanes es otra historia. ¡Vaya problema le está creando a Calleja! 19 años y un desparpajo de futbolista contrastado, tanto como su calidad. Pone el balón donde quiere y lee el pase antes de que se produzca. Mandó un balón a la escuadra. De lo mejor que ha dado la Universidad de Miralcamp. ¿Quién se atreve a mandarle al filial?

GOL // Toko-Ekambi volvió a ver puerta, con un remate técnicamente perfecto de ‘9’, tanto como el centro de Miguelón, también de carrilero caro. Pero más que el gol, Toko-Ekambi brilló por su capacidad para asociarse, velocidad y gestos técnicos. Su tándem con Gerard promete.

De los nuevos, los argentinos le dan un toque más canchero. Cáseres tiene oficio de ‘5’, por algo le comparan con Mascherano en su país, como Funes Mori, quien pronto será fijo en la Albiceleste.

El ojito derecho de Javi Calleja dejó trazados de su talento. Raba es un futbolista diferencial, como demostró ayer, pero tiene que lograr esa continuidad en su juego para dar el gran salto. Y Samu Castillejo debe empezar a hacer más ruido en los metros finales que no en la zona de nadie.

Un ensayo más. La filosofía sigue siendo la misma. Siempre se coquetea con el balón, incluso cuando el campo, como ayer, no está ni para jugar al polo, porque para el fútbol… estaba de pena. Muchas cosas buenas. Ahora Calleja debe empezar a construir un equipo. Mimbres le sobran para hacer incluso dos. El Villarreal 2018/19 pinta bien.