Para Ramón María Calderé, el título de campeón de grupo supone solo un punto y aparte. Dos jornadas por delante antes de la explosión del play-off. “Parecía impensable hace 10 días”, manifestó, de entrada, el tarraconense, sobre todo por la antelación, pero las seis victorias seguidas del Castellón han coincidido con el declive del Atlético Levante.

“Nuestro último mes ha sido muy bueno, de matrícula de honor, de no ser por el empate a última hora del Novelda”, recordó. Sin ese gol, los albinegros llevarían ocho triunfos seguidos.

Ingenioso, Calderé recurrió a la jerga ciclista para definir la temporada del Castellón. “Ahora nos falta rematar la etapa reina. Hemos pasado ya dos puertos, el acceso [al play-off] y el liderato...”, apuntilló el de Vila-rodona. Además, anticipó que no permitirá una desconexión en las dos jornadas que restan: “Queremos el pleno de victorias”, recordando que igualaría la segunda mejor marca en la historia del club. Además, Calderé destacó la necesidad “de terminar bien”. En consecuencias, el equipo terminará de limpiarse tarjetas y hará rotaciones contra el Muro y el Ribarroja, para dar un último respiro a los más cargados y también para premiar el callado esfuerzo de los que han tenido menos minutos ligueros... Pero nada más, ahí se acabarán las concesiones.

LA REIVINDICACIÓN // Calderé expuso que se trata de su sexto título liguero como entrenador y, de paso, volvió a reclamar un sistema más justo de ascensos porque, con el actual, acabar primero “no te da derecho a nada”. “Tendrían que arreglarlo, tras tantos meses de trabajo: el campeón debería tener un premio”, subrayó.

Cara al sorteo, lo único que pide es proximidad geográfica: “Poca distancia, por comodidad”, apostilló el entrenador catalán,

Por último, compartió el éxito con su vestuario. No una cualquiera, según explicó: “El Castellón ha puesto a mi servicio la mejor plantilla que he tenido... y eso que yo ya he tenido muy buenas”. H