Ramón María Calderé ya es historia en el CD Castellón. Tras anunciarse su destitución después de la derrota en Castalia frente al Novelda, que deja a los albinegros a 13 puntos del liderato y a solo dos del descenso, el ya exentrenador del Castellón se despidió ayer de la que ha sido su casa el último año (llegó a finales del pasado octubre) y lo hizo reconociendo que su destitución “es completamente justa”, entiende “la decisión del club” y lamenta “los errores que haya podido cometer”. “En el partido contra el Novelda fallé tácticamente, fuimos a por la victoria porque la necesitábamos y por eso acabamos perdiendo”.

En este mismo sentido, indicó que haría “algunas cosas de manera diferente” y que se marcha “decepcionado por no poder corresponder a todos los que han confiado” en él. “Es el momento de reflexionar qué ha pasado y qué he hecho mal”, añadió.

Calderé también aseguró que ahora “se ha quedado un buen grupo” tras las salidas de Rubén Suárez y Javi Selvas, a los que lanzó un dardo: “Ellos saben lo que han hecho mal, pero no voy a ser yo quien lo diga. Han hecho mucho daño y el tiempo pondrá a cada uno en su sitio”.

El entrenador afirmó que su sustituto “tiene tiempo suficiente como para enderezar la situación y subir a Segunda B”, al tiempo que reconoció que “el futuro del club pasa por conseguir el ascenso cuanto antes”. H