En uno de los mejores Barcelona de la historia, padre e hijo coincidieron como entrenador y jugador. Un tal Johan Cruyff dirigió a Jordi, que llevaba sus genes y apellido. Lo mismo pasa en el Madrid actual, donde Zinedine Zidane celebró de forma especial el gol de Enzo en la presente Copa del Rey en el día del debut de su primogénito con la camiseta blanca. También dirigieron Míchel a Adrián González en el Getafe, Pepe Moré a su hijo Xavi en el Castellón y Valladolid; y actualmente Óscar Calleja a Nacho en el Borriol.

No es la primera vez que los Calleja coinciden en un equipo, pues en las categorías inferiores del Burriana Óscar ya dirigió a Nacho. Según el técnico rojillo, ambos saben diferenciar muy bien cuáles son sus roles: «En casa somos padre e hijo, pero en el equipo la relación es normal. Quien me conoce sabe que no le doy un trato especial porque en esta vida nadie le va a regalar nada. Si le tengo que sentar porque lo hace mal, lo haré».

El padre y entrenador reconoce que en casa «se habla bastante de fútbol» por motivos obvios, aunque «por suerte la niña no ha salido muy futbolera, ya tenemos bastante con Nacho».

Lo cierto es que el trato de favor de Óscar a su hijo no existe desde el primer día en el Borriol. Después de pasar por las canteras del Valencia y del Castellón, el lateral izquierdo fue a probar con el conjunto de la Plana Alta, y «tanto a Vicente Dauder como a Pedro Fernández Cuesta les gustó. Decidieron firmarle y empezó con el filial».

Un alumno aventajado

Por su parte, Nacho, a sus 17 años, define de la siguiente forma la doble relación que mantiene con su padre y entrenador: «Desde pequeño me ha entrenado y no ha habido ningún problema porque me ha tratado como a uno más, no como a su hijo. Si me pone es porque trabajo bien y si era suplente es porque había otro que lo hacía mejor». En casa, eso sí, Nacho Calleja asegura que Óscar deja de ser entrenador: «Sabemos diferenciar. Como míster es una persona que se lo toma muy en serio y quiere que todos entrenamos al 200%, da igual quién sea. Como padre es una maravilla. Siempre me da buenos consejos, aunque cuando era pequeño le veía como un poco pesado», bromea el jugador.

Sobre el Borriol, que pese a la derrota contra el Segorbe está asentado en la zona media de la tabla en Tercera, Nacho asegura que «hay un gran grupo. Al principio los resultados no salían y existía el miedo a no ganar, pero ahora la situación es otra». El técnico, por su parte, asegura que «pese a tener uno de los equipos más jóvenes de la categoría, tenemos las ideas claras y los veteranos también están tirando del carro», concluye el mayor de los Calleja.