La prolongada ausencia de Bruno Soriano ha hecho de Ramiro Guerra la principal opción de relevo para Rodrigo en el primer equipo del Villarreal, hasta el punto de que el mediocentro hispano-uruguayo —ha vestido la camiseta de ambas selecciones en categorías inferiores— de 20 años ya ha disputado más encuentros esta temporada a las órdenes de Javier Calleja (nueve, en Liga, Copa y Europa League, el torneo en el que se estrenó) que en el filial de Segunda División B (ocho).

Ramiro Guerra ya tiene premio a esa regularidad con el primer equipo, del que es un miembro de facto a pesar de su dorsal de canterano, el 26 con el que ha disputado los 465 minutos que el técnico groguet le ha dado en su primeros meses en la élite. El Villarreal y el futbolista han alcanzado un acuerdo para prorrogar el compromiso que une a ambas partes y que se irá varias temporadas por encima de junio del 2020, que era la fecha de conclusión que rezaba en el anterior contrato de Ramiro.

El Villarreal se asegura, así, el blindaje a largo plazo de un futbolista de proyección que ya ha disfrutado de cinco titularidades con el primer equipo, ante la Ponferradina y el Leganés en la Copa, y contra el Slavia y los dos choques ante el Maccabi Tel Aviv en la competición europea.