El lavado de cara que ha sufrido el Rayo no ha hecho variar la idea de juego de un técnico que jamás va a renunciar a sus principios. Jémez sigue empeñado en que su equipo sea protagonista del juego y no convidado de piedra, y así plantea los partidos, despreocupado de quien sea el rival.

La búsqueda de superioridades en la zona del balón es prioritaria, manifestándose como un equipo agresivo en ataque y defensa. Desde la base de la jugada, el objetivo es llevar jugado el balón hasta el área rival a través de largas secuencias de pases, trenzando ya a partir de la iniciación.

FÚTBOL ALEGRE // Apoyos constantes, asociaciones al primer toque y profundidad por banda para dar la mayor amplitud posible a la fase ofensiva. Una propuesta arriesgada, dado que al sumar tantas unidades en ataque, si no se finaliza correctamente el equipo puede quedar expuesto y descuadrado a merced de la contra del oponente. Para evitar estas situaciones tras pérdida intenta activar rápidamente el acoso y la presión para intentar recuperar o abortar la progresión del rival y dar tiempo al repliegue. En momentos puntuales todavía sigue cometiendo errores en la salida de balón que comprometen seriamente a una línea defensiva alta, muy alejada de su área.

EL ONCE TIPO // La disposición táctica habitual de los vallecanos es un 4-2-3-1 muy ambicioso. Un portero, Cristian Alvarez, decidido, rápido, algo débil en los bloqueos y con buen juego con el pie derecho. En la línea de cuatro, el eje lo ocupan Zé Castro, de buena salida de balón y con buena colocación, y Abdoulaye Ba, con mayores dificultades con la pelota y algo desubicado en ocasiones, proporcionando continuos sobresaltos; ambos cumplen en el juego aéreo. En la derecha, Tito es pura regularidad, un lateral que ofrece mucha proyección en ataque. Completa el zurdo Insúa, potente, agresivo, constante, pero con limitaciones técnicas.

UNA PAREJA INAMOVIBLE // Los dos volantes centrales parecen consolidados: Trashorras maneja el tiempo del partido y el rumbo del equipo; es difícil que haga un mal pase y ha mejorado en el equilibrio defensivo; Baena ayuda con la pelota, pero su fuerte es el trabajo y la recuperación, con episodios algo desmedidos en las entradas. Sin Aquino, la banda derecha puede ser para Pozuelo, ambidiestro, de gran nivel técnico, dotado de gran regate y fantasía aunque no es un extremo puro, o Lass, mucho más vertical.

En la izquierda, un muy buen futbolista: Kakuta es un zurdo de grandes cualidades técnicas que ofrece movilidad y colaboración en la fase creativa, partiendo de banda y cortando por dentro.

Por delante, Bueno juega próximo al delantero buscando alargar los ataques moviéndose con mucha inteligencia a espaldas de los pivotes rivales; tiene calidad para asistir, llegada, y buena finalización, aunque es muy irregular.

En punta han alternado Manucho, de exuberancia física y eficaz con el balón por el aire, y Baptistao, diferente, que necesita espacios para aprovechar su zancada, y que se encuentra más cómodo de segundo delantero. Con todo, un año más, para el Rayo ha de ser prioritario encontrar el equilibrio ataque-defensa. H