Un ascenso en casa y con el campo lleno. Es el sueño de todo futbolista. Y los orelluts pueden conseguirlo este domingo. Los 13.000 espectadores del Castellón-Sant Andreu se quedarán cortos, en la resolución de la eliminatoria frente al Portugalete, muy bien encaminada después del 1-1 en tierras vizcaínas.

Los albinegros están cerca de vivir sus últimos 90 minutos en Tercera División, después de siete temporadas. La campaña lanzada por el club, ese pack de entradas para los tres partidos, garantiza un mínimo de 13.000 espectadores. Pero a medida que el Castellón ha ido dejando atrás a Tropezón y Sant Andreu, los aficionados han ido adquiriendo sus localidades para sucesivos encuentros. Es más, ayer mismo, a raíz del prometedor resultado en La Florida, más aficionados han ido acercándose a las taquillas de Castalia, cuyo horario se ampliará durante esta semana.

El lleno es posible, lo que significaría, superar la cifra oficial de espectadores de un Castellón-Racing de Ferrol del 23 de abril del 2006 (14.367), en la primera temporada del retorno a Segunda A, cuando el apoyo del público fue fundamental para conseguir la permanencia e iniciar un lustro, el último hasta ahora, en el fútbol profesional.