Noveno triunfo consecutivo del Castellón en Castalia, ante unos cuantos miles de espectadores. El 3-1 contra el Silla le permite mantener las más que cómodas rentas (cuatro y cinco puntos, respectivamente) con Orihuela y Atlético Levante, aunque se sometió a emociones fuertes. Del 2-0 en el minuto 15 (con dos goles encadenados) al 3-1 en el 93, pasando por un carrusel de ocasiones, el 2-1 al filo del descanso y una segunda parte que fue enredándose, hasta la explosión de júbilo final con el tanto de Cristian Herrera en el alargue.

Escobar dejó esta vez en tres los cambios en el once, uno obligado (la sanción de Forner) pero otro inesperado: la suplencia de Dealbert para hacer sitio a Enrique. Imposible acertarle el once, porque Cristian por el almenarense y Javi Rubio con un centrado Marenyà en el doble pivote, sentando también a Castells, entraban en los cálculos respecto al choque de Paiporta, antes del enésimo parón de la competición.

Este Castellón ha adquirido unos automatismos que le permite alcanzar una velocidad de crucero aun sin pretenderlo. Y si encima le sirven en bandeja los dos primeros goles… De salida, en 10 minutos, el vila-realense ya había tenido el 1-0, además de otra acción de Cubillas ante un Lucas que transmitía inseguridad. La que contagió al resto de sus compañeros, porque el Silla facilitó el trabajo a Javi Serra y al 9 para, al cuarto de hora, provocar el 2-0 en el marcador, con el que los albinegros deshacían la presión a raíz de las rotundas victorias del Atlético Levante y el Orihuela.

No había nada mejor, para encarar este frenético mes, que resolver el primer envite en menos de 120 segundos, tan pronto y sin despeinarse. Y, claro, eso tiene un riesgo. Con el 2-0, con la pasmosa facilidad con la que había adquirida tamaña renta, el Castellón se dejó llevar. Ni la grada ni Escobar querían que los suyos hubiesen dado ya carpetazo al asunto, la primera porque quería emborracharse de más goles y el segundo, porque temía lo que al final ocurrió. El Silla, como a peor no podía ir, recompuso su figura y regresó a la pelea por los puntos con el tanto de David Verdú, próximo al minuto 45. El gesto con el que Escobar se retiró al vestuario, preludiaba lo que les aguardaba a sus jugadores.

Los primeros minutos de la reanudación arrojaron buenas ocasiones de Cristian y Javi Serra. El gerundense fue la tozudez en persona, buscando incansablemente su golito con el que, ahora sí, acabara con la resistencia del Silla. Hasta cinco remates, nunca entre palos, en menos de 15 minutos.

SUSPENSE

No obstante, el partido aún estaba en el alambre. Peligrosamente. En pocos segundos, Castalia pasó de adherirse a la solicitud del penalti de Cubillas, a encogerse cuando David Verdú no llegó empalar el 2-2. Escobar puso a Castells, a quien, seguramente, no tenía previsto hacer jugar. Al igual que Dealbert, relevo de un lastimado Enrique.

El Castellón no consiguió evitar el correcalles. Merodeó el 3-1, con ocasiones a puñados, ya con Cubillas ya en el banquillo, donde hasta se ganó una tarjeta, pero el Silla también tuvo la suya. No pudo respirar del todo hasta que la perseverancia de Cristian le condujo al 3-1, ya en el 93.