El CD Castellón dio un paso de gigante ayer en su pelea por terminar campeón del grupo VI de Tercera División. El conjunto que dirige Sergi Escobar salió indemne, con empate (1-1), de uno de los compromisos más complicados de la temporada, la visita al campo del Atlético Levante, equipo con el que comparte coliderato, con 63 y con un partido menos.

Podría decirse que el partido se disputaba en campo neutral, ya que el Levante UD accedió a que el duelo se disputara en el estadio Ciutat de València, recinto de Primera División al que acudieron nada menos que 3.000 incondicionales orelluts, quienes presenciaron en directo cómo su equipo lucha hasta la extenuación y nunca se rinde.

Ayer tocaba ser prácticos y no hubo lugar a florituras. Cierto es que el rival, el Atlético Levante, fue mejor en la primera mitad y durante todo el envite tuvo más la posesión, pero a la plantilla de Centuriones que tiene este CD Castellón no le amilanó. Luchó, no se rindió y apeló al orgullo para sumar un punto de oro.

Sergi Escobar apostó por un 4-4-2 que en ataque pasaba a ser un 4-2-4, con la novedad de última hora de la baja de Àngel Dealbert, por gripe, que se unía a la ausencia de Arturo Navarro por lesión. Con ello, el técnico almazorense apostó por Marc Castells como central para acompañar a Enrique en el eje de la zaga.

Por delante, Javi Rubio y Ximo Forner fueron los mediocentros, con Javi Serra y Marenyà abiertos en banda, como extremos, con Cubillas y Cristian Herrera en punta. Estos cuatro últimos ahogaban la salida de un filial granota que tuvo el balón desde el pitido inicial, pero al que le costó encontrar fisuras en el área orellut.

Solo una acción en la que Manu Viana, excanterano del Villarreal, pudo significar la alteración en el marcador hasta la hora de juego. Pero llegados a ese punto, los de Javier Olaizola apretaron en acelerador. Zagalá hizo un paradón a bocajarro, aunque la acción terminó en fuera de juego, y el gol se mascó en acciones de Joel Rodríguez y Álex Cortell.

Hasta que en el minuto 32, Juan Delgado, de profesión goleador, no desaprovechó el mano a mano para fusilar al guardameta albinegro y establecer el 1-0.

Si fuera boxeo, el tanto podría considerarse justo, puesto que el Castellón no fue capaz de mantener la posesión, robar balones y generar peligro en una primera mitad bastante gris.

REACCIÓN CON RAZA / Pero el segundo acto fue otro cantar. Movido por las necesidades, ante las lesiones de Enrique y Ximo Forner, a quienes reemplazaron Colomer y Amine, además de la entrada de Kike Ferreres por Juanjo Gracia, Escobar tuvo que tirar de ingeniería para recolocar al equipo. Amine actuó como central junto a Castells, puesto por el que pasó de forma esporádica un Marenyà que terminó de mediocentro junto con Javi Rubio, dejando las bandas para Colomer y el hiperactivo Javi Serra.

Y fue en la media hora final del choque en la que el Castellón fue más Castellón que nunca. Empuje, raza y canalización a través de la dupla Rubio-Marenyà. Incluso se generaron dos ocasiones, las únicas del partido.

La primera terminó en gol, en el minuto 63, cuando Cristian Herrera no perdonó a pase en semi fallo de Colomer (1-1). La otra, en el 82... la tuvo Cubillas, que ayer no fue Cubigol. Pero el empate final sabe a oro, a coliderato y, en breve, a liderato en solitario.