El Castellón, en Cartagena, mostró una mejoría ante un candidato claro al ascenso. Los orelluts estuvieron serios, aunque terminaran cayendo por penaltis (1-1).

El equipo de Sergi Escobar salió al terreno de juego del Cartagonova con mayor aplomo que en sus últimos encuentros amistosos. Los albinegros se mostraron sólidos en la retaguardia, pétreos en el centro del campo e incisivos en ataque, llegando al área contraria aplicando una gran velocidad a sus transiciones.

El duelo estaba igualado, pero el Castellón estaba mostrando su mejor versión y consiguió desequilibrar el marcador en el ecuador del primer acto con un centro desde la banda izquierda que conectó el ariete Máyor para llevar el balón a la red.

El choque se estaba caracterizando por su falta de ritmo, algo lógico a estas alturas de la temporada. Sin embargo, los locales buscaron el empate antes del descanso... y éste llegó. Pasada la media hora de juego, Satrústegui cometía una pena máxima, al tocar el cuero con la mano, en el interior del área. Aketxe no falló para establecer las tablas.

En la segunda parte, el contexto no varió. Las ocasiones de gol escasearon y ninguno de los dos equipos se impuso al contrario en la pugna por tener el control del encuentro desde la medular.

Lo que no se decidió en los 90 minutos, hubo de resolverse en la tanda de penaltis. En la lotería, ambos equipos marcaron sus seis primeros lanzamientos. Pablo Roig falló y el trofeo se quedó en casa. La próxima cita será ya en la liga, el sábado ante el Atlético Baleares, en Castalia.