El Castellón saboreó el primer trago de la temporada. El gol de Hicham a la hora de partido y las paradas de Campos meten a los albinegros en la segunda ronda (el Calahorra, en La Rioja, será su próximo escollo), en una actuación no excesivamente convincente por mucho que el Conquense lidere ahora mismo el grupo, pero sí resultadista (1-0).

Si la Balompédica cambió a más de medio equipo respecto al que el sábado doblegó con holgura al Sabadell, Escobar, pese a su querencia por las rotaciones, las redujo a la mínima expresión: solo tres (Regalón, Theo y Hicham en detrimento de Verdú, Caballero y Acevedo). Una alineación con múltiples lecturas, más reposadas, pero una por encima de todo, basada en su apuesta por el bloque de estos albores de la temporada, con el objetivo de superar la eliminatoria, pensando más en disipar las dudas que en ese objetivo que todo equipo de Segunda B busca en el arranque de la Copa del Rey: pasar tres rondas para ver recompensado el esfuerzo de codearse con un equipo de Champions o Europa League, con el impacto, más económico y sus variantes (márketing, visibilidad…), que deportivo.

HAMBRE DE LIGA, SED DE COPA // Pese a que el inicio liguero no ha sido el deseado, Castalia sigue con hambre de Liga… y sed de Copa: más de media entrada. El primer tiempo, el punto fuerte hasta ahora de los albinegros, no les colmó. El Castellón, a tirones, no alteró a un Conquense que circulaba en su zona de confort, moviendo más y mejor la pelota. Los locales lo fiaban a un detalle de inspiración a José Carlos, cuya primera irrupción fue para ver cómo Jon Vega tapaba su tiro. El primer tiempo acabó, dos minutos por encima del 45, con un libre directo del onubense al que le sobró potencia. Únicos atisbos de los orelluts por alterar el marcador, después de que Gerica de falta, Fran Pérez de cabeza y de nuevo Gerica en la frontal, en la mejor oportunidad hasta el intermedio, hubiesen hecho temer por la paridad del electrónico.

El descanso alteró el paisaje de Castalia. Aparte del chaparrón, poco o nada se notó el paso por el vestuario durante los primeros siete minutos de la reanudación. Pero pronto todo cambió. Muguruza aprovechó un robo para testar a Sergi Puig, pero respondió Peláez metiendo miedo, mucho, con un tiro aparentemente inocente que el agua caída convirtió en veneno para un Campos que tocó lo justo para que el esférico rebotase en el poste. El Castellón elevó el tono y Hicham, haciendo buena la internada de un central reconvertido en lateral izquierdo, Satrústegui, desniveló la balanza a la hora de partido.

Recobrado de un revés que no merecía, el Conquense espabiló. Campos, de nuevo con su capa, voló en el trallazo de De Pedro. Pero el peligro estaba en el propio Castellón, en ese claro paso atrás, que tan caro había costado en las dos primeras jornadas.

¡álvaro OTRA VEZ! // Los albinegros remolonearon. Para ellos, el 1-0 era suficiente. Y lo fue, a base de acabar defendiendo con uñas y dientes, ayudados por Campos, providencial en el mano a mano con Jairo en el minuto 93.

El Castellón viajará el miércoles que viene a Calahorra, para dar otro paso más hacia ese enfrentamiento soñado con los grandes del fútbol español. Pero antes, el domingo, el Villarreal B, con todo lo que eso significa.