El Castellón afrontaba la visita al Alzira con la obligación de ganar y esperar un pinchazo del Atlético Levante en el siempre difícil campo del Orihuela para concluir la temporada regular como primero. Se cumplió la primera premisa, pues los de Sergi Escobar demostraron desde el primer minuto que iban a cumplir con su cometido y terminaron pasando por encima de su rival (0-3). Por desgracia para los intereses albinegros, el filial levantinista tampoco falló en su visita a Los Arcos, venciendo por la mínima y certificando un liderato que se escapó por un punto.

Decía Sergi Escobar tras el encuentro en el Luis Suñer Picó que prefería ver el vaso medio lleno, y lo cierto es que pese a no afrontar la promoción de ascenso con los privilegios que da la primera plaza, el técnico tiene motivos para ser optimista. En primer lugar, porque su Castellón tiene en la fiabilidad a una de las principales virtudes. Cuando el almassorí cogió las riendas del equipo, este no ocupaba puestos de play-off y tras la reacción llegó a ocupar en varias jornadas el liderato. Solo un bache frente a Borriol, Recambios Colón y La Nucía ha impedido conservar ese liderato.

También se puede ver el vaso medio lleno considerando que la segunda posición, pese a obligar a afrontar tres eliminatorias de ascenso, permite disputar el partido de vuelta del primer cruce en casa y el rival será un cuarto clasificado de otro grupo.

Para seguir con el alegato que levante la moral tras la amarga victoria en Alzira, destacar los números defensivos de un equipo que solo ha encajado dos tantos en los seis últimos partidos y que ofensivamente cuenta con dos de los tres máximos goleadores del Grupo VI de Tercera: Cubillas y Cristian Herrera, que han concluido la temporada regular con 20 tantos por cabeza.

UN RODILLO // Como muestra del buen momento con el que el Castellón encara la promoción de ascenso a Segunda B, no hace falta irse muy lejos. En el encuentro de ayer fue superior de principio a fin frente al conjunto dirigido por Fernando Gómez Colomer.

El partido no pudo comenzar mejor, pues Cristian Herrera, muy entonado en la vuelta a la que fue su casa, provocó un penalti que posteriormente transformaría Javi Rubio. El meta local Dolz arrolló al punta y el centrocampista no falló desde los 11 metros. El propio Cristian sería el encargado de ampliar la renta para los orelluts. El delantero, que rompió así la sequía de las últimas jornadas, no celebró el gol por respeto a su última afición.

Con el 0-2 se llegaría al descanso, aunque el marcador pudo ser de escándalo si Serra, Cubillas, Dealbert o Castells hubieran aprovechado sus ocasiones. Sin embargo, fue en estas postrimerías del primer acto cuando se produjo la única decepción de la tarde para el Castellón, pues fue en ese momento cuando el Atlético Levante marcó el tanto que le daría el liderato en Orihuela.

En la segunda mitad, Escobar aprovechó para dar descanso a tres de los jugadores con más minutos en sus piernas como Kike Ferreres y David Cubillas, que además estaban apercibidos de sanción, así como a Cristian Herrera. Ya con el partido muy encarrilado, Javi Rubio anotaría su segundo tanto de la tarde al rematar desde el borde del área pequeña un servicio desde la derecha. Con el 0-3 en el electrónico, la atención en el campo se desvió a los transistores por si traían buenas noticias de Orihuela en forma de gol de los escorpiones.

El Castellón se quedó con la miel en los labios en lo que respecta al liderato, pero afronta cargado de moral y sobrado de razones una promoción de ascenso que después de siete largos años en Tercera debe ser la definitiva para recuperar terreno perdido. Los albinegros han dado sobrados motivos para confiar en ellos y la segunda plaza más que ser un hándicap debe ser un aval.