El CD Castellón ya es líder. Y lo es por méritos propios, consciente de sus limitaciones pero entregado a sus numerosas virtudes, las que le han convertido en un equipo prácticamente invencible, que no defrauda porque compite siempre. Y donde esto no le alcanza, le impulsa la afición, esa que propició una nueva remontada en Castalia, contra el Torre Levante (3-1), para sumar la octava victoria consecutiva en casa con la que vuelve a lo más alto, con tres puntos sobre el Atlético Levante y cuatro con el Orihuela. Después de cuatro meses remando a contracorriente, recortando y recortando puntos a todo el mundo, ahora le toca defender, en los nueve partidos que quedan, la privilegiada situación.

Y, ojo, porque sufre, por más que haya sumado 42 de sus últimos 51 puntos. Una vez más, se repuso a un gol en contra y en una segunda parte de tesón más que de fútbol (lo que le ha conducido, de la mano de Escobar, a estar donde está), acabó con el otro equipo que le discutía ser el mejor equipo del momento.

La lotería de Escobar respecto a la alineación dejó un nuevo bote. Imposible acertarla, no solo por el número de variaciones respecto al Ciutat de València (cinco), sino porque la suplencia de Javi Serra invalidaba ya todos los boletos. Entraba en los cálculos el relevo de los centrales (Dealbert y Arturo tomaban el testigo de Castells y Enrique) y la vuelta a la normalidad en el carril del 3 (Kike Ferreres, en detrimento de Juanjo), pero no tanto que Marc aguardara en el banquillo, sin llegar a medirse a su hermano Cristian.

A estas alturas, la clasificación no miente. Y si un equipo solo había perdido unos de sus últimos 10 partidos, en los que ha mantenido la portería a cero en ocho, es por algo. El Torre Levante tiene la fuerza bruta que le da su abundancia de centímetros, pero también criterio y futbolistas desequilibrantes. Suyo fue el primer aviso, pero el Castellón se repuso y Paredes le sacó la primera a Cristian Herrera. No obstante, a los 10 minutos, Víctor García, de quien se dice que ha fichado por el Valencia, rompió el fuera de juego y superó a Zagalá.

OTRA VEZ A REMONTAR

Con el marcador en contra y un adversario que limitaba sus maniobras, el Castellón se vio obligado a otro registro. Qué duda cabe que un inmediato empate, si el remate de Herrera no hubiese muerto en el larguero poco después del 0-1, habría dotado al encuentro de otra dinámica. A partir de ahí, los albinegros recurrieron al disparo desde la media distancia. No encontraron los tres palos los de Kike Ferreres de falta y otro de Javi Rubio, pero Herrera, con Serra en el banquillo y Cubillas sometido al asfixiante marcaje de Kalle, se topaba de nuevo con el meta del otrora equipo azulgrana y, desde esta temporada, naranja.

Nada de arrojar la toalla. La segunda parte fue un ejercicio de perseverancia. Como la de Colomer. Discreto hasta ese momento, encaminó la remontada con un gol de cabeza repleto de dificultad (m. 53). Los cambios aportaron ese extra con el que los albinegros redondearon la tarde. De penalti, sí, pero la victoria se quedó en casa. Juanjo apareció de la nada para ser derribado por Paredes con el que Rubio puso el 2-1 un cuarto de hora después.

Los orelluts, con el aliento de la afición, guardaron el botín e, incluso, lo aumentaron, a poco del final. Cubillas le ganó la partida, por una vez en toda la tarde, a Cristian Castells, expulsado a resultas del derribo en el área. Nuevo penalti, esta vez materializado por Serra, para que ya no corriera peligro el liderato (el realidad, el empate bastaba) y desatara la fiesta en Castalia. Otra más, que decenas de aficionados se resistían a abandonar bastantes minutos después de que el 3-1 catapultara al Castellón en lo más alto, lo que obligó que los futbolistas saliesen de nuevo a saludar.