El Castellón está a 180 minutos (si no hay prórroga) de acceder a la final de la Copa RFEF y asegurarse al menos 30.051 euros (el campeón se embolsa 90.152). Para ello deberá eliminar al Tropezón, el que fuera verdugo hace 14 años, en la otra vez en que los albinegros llegaron a idéntica altura de esta misma competición.

Para ello, los 'orelluts' confían en prolongar su racha 'copera' en Castalia, en la que han vencido sus seis compromisos en casa (entre fase territorial y autonómica), con el fin de viajar el día 18 a Tanos con una renta satisfactoria.

Calderé, que cuenta con las bajas de Uriarte y Castells (lesionados), así como con el sancionado Pruden, ha confirmado que introducirá siete cambios respecto al once liguero del domingo, aunque también ha dejado caer la presencia, al menos en la convocatoria final, de varios de los 'pesos pesados' del equipo, como Yagüe, Rubén Suárez o Negredo.

El Tropezón está en zona de descenso en el grupo I de Segunda B (18º), a cuatro puntos de la promoción de permanencia y a cinco de la salvación. Es un bloque con jugadores de Cantabria en el que sobresale la presencia del internacional absoluto ecuato-guineano Igor Engonga, hijo de Óscar Engonga, quien jugase solo dos partidos como albinegro en la temporada 98/99.

El Castellón ha hecho un llamamiento para que el equipo se sienta arropado en la grada.