La Liga comenzó el viernes con un Leganés-Alavés. El partido se decidió por un gol que no debió subir al marcador, al estar Gabriel Pires en fuera de juego (1-0). La primera jornada concluyó el lunes, cuando se disputó el Levante-Villarreal. En el último minuto del encuentro, Morales se dejó caer ante Rukavina dentro del área. Álvarez Izquierdo picó, señalando el punto fatídico. El propio Morales transformó el penalti y los tres puntos se quedaron en València (1-0). Son solo dos jugadas que evidencian la necesidad de reducir al máximo el error humano en una competición en la que hay tanto en juego.

El propio Rukavina, protagonista de la acción, reconocía tras el choque que «el árbitro se puede equivocar, como nos equivocamos los futbolistas», pero que existen medios suficientes como para poner remedio a estos errores: «Vimos todos lo que pasó. En las grandes Ligas ya tienen VAR --videoarbitraje--, y los colegiados, en cinco segundos ven lo que ha pasado en televisión. Hay que solucionar esto porque ha pasado ya en muchos partidos».

En la misma línea se mostraron los dos compañeros que analizaron el encuentro, Álvaro y Jaume Costa, así como Fran Escribá. «Se gasta mucho dinero en el fútbol como para no invertir en tecnología que ayude a los árbitros», destacaba el entrenador. No fueron los únicos que se pronunciaron en estos términos. Quique Flores o Bordalás fueron otros técnicos que respaldaron la implantación de esta tecnología en la Liga.

Repasando lo acontecido este mismo fin de semana en Europa, el videoarbitraje ha sido decisivo a la hora de ayudar a los colegiados. En Italia y Alemania, el VAR se estrenó con éxito. En un partido como el Bayern-Leverkusen, por ejemplo, el árbitro revisó 12 situaciones polémicas. Esto supone otros tantos parones en el juego, pero como contraprestación, los errores se minimizan.

LA REAL, BENEFICIADA // En España, con el VAR, el Villarreal sumaría un punto en el casillero, el Leganés no se habría visto beneficiado con un tanto en fuera de juego y no habría dudas en los goles fantasmas que se vieron en el Athletic-Getafe o Sevilla-Espanyol.

Precisamente el próximo rival amarillo, la Real Sociedad, no tiene precisamente motivos para protestar, pues se impuso con un penalti que no debió valer, al señalar el árbitro el máximo castitigo en una falta fuera del área de Jonny a Vela. La Liga es un clamor a favor del videoarbitraje. Ahora solo falta que lo escuche quien tiene que tomar la decisión.