Si no quieres caldo, toma dos tazas. El Villarreal ganaba al Real Madrid por 2-0 a falta de 25 minutos para el final. Bale recortaría posteriormente distancias y Gil Manzano señaló un penalti inexistente de Bruno que supuso el 2-2, una decisión que marcó el encuentro y enervó los ánimos en el Estadio de la Cerámica. Sin embargo, más allá de este error, la indignación está creciendo por los comentarios y actitudes que han llegado después de esa decisión que impidió a los amarillos sumar ante el líder de la Liga.

El propio Fernando Roig ya declaró públicamente su malestar por la actuación del colegiado, que tuvo además un gesto que no gustó nada al presidente del Villarreal: «Me ha llamado la atención que el estamento arbitral ha salido del estadio con bolsas del Real Madrid», se quejó. Pues bien, según ha podido saber Mediterráneo este detalle de dudosa ética ya fue contestado en el túnel de vestuarios por Fran Escribá.

El entrenador del Submarino, que había sido expulsado tras el penalti que vio Gil Manzano y no estaba precisamente satisfecho por la polémica actuación arbitral, se acercó a despedirse del colegiado extremeño, cuando vio que abandonaban el campo con una bolsa con el escudo del Real Madrid en la que había desde camisetas a demás productos del club blanco, por mucho que desde el Comité Técnico de Árbitros se deslizara ayer a la prensa de la capital que solo había llaveros y pins de escaso valor.

El técnico le reprochó este hecho al trencilla, que lejos de amilanarse, contestó en una actitud altanera, recriminando incluso a Fran Escribá este comentario.

COSTUMBRE HABITUAL // Lo cierto es que las declaraciones de Fernando Roig han descubierto una práctica de varios clubs de fútbol. Nadie ha podido desmentir que el presidente amarillo lleve razón en sus palabras —pues la verdad le asiste y así lo vieron muchos testigos—, y también es cierto que más clubs lo hacen, aunque el Villarreal dejó de obsequiar al colectivo arbitral hace varias temporadas de local y nunca lo ha hecho jugando a domicilio.

Dejando a un lado pues el Bolsas Gate —así han llamado a este caso desde la capital—, lo cierto es que al Villarreal le está cayendo fuego cruzado entre los dos grandes de la Liga. El propio Gerard Piqué criticó a la conclusión del choque la actuación de Gil Manzano, a lo que no han tardado en contestar desde Madrid, poniendo en duda el primer gol del Villarreal, el segundo y porque no hubo más... Se obvia, eso sí, la posible falta de Isco en el tercer gol, una acción que sí se recuerda desde Barcelona. Lo cierto es que al conjunto amarillo ni le va ni le viene quién se lleva el título, pero sí le importan los puntos que se han esfumado por una actuación arbitral cuanto menos polémica.

Tanto es así, que tras el encuentro, entrenador, presidente y jugadores exigieron respeto. «La verdad es que la jugada del 2-2, moralmente te mata. Hemos visto clarísimamente que el penalti no es. Por eso nos vamos muy dolidos», declaró Samu Castillejo.

«El partido se acaba con el 2-2. Hasta ese momento estábamos bien, e incluso con el 2-1 podríamos haber aguantado, pero el penalti nos afectó mucho», añadió Escribá en rueda de prensa.

El técnico, que no se caracteriza precisamente por su aversión al colectivo arbitral, fue expulsado en una decisión que también fue puesta en cuestión por Fernando Roig: «Me gustaría saber si también expulsan a otros entrenadores con más peso cuando protestan de la misma forma».

Por su parte, Gil Manzano, que también amonestó a Álvaro y Soldado por el mismo motivo estando ambos en el banquillo, cargó las tintas contra el Villarreal asegurando en el acta que en su vehículo se encontró con papeles en los que se leía «ladrones».

También se especula desde la capital, donde por cierto no han tardado en encontrar a un árbitro con una bolsa del Villarreal de hace varios años, que las palabras de Roig pueden acarrear una sanción al presidente por insinuar, aseguran, que los colegiados se dejaron influenciar por los regalos. El club no sabe nada y solo pide respeto. Lo mínimo.