Castellón y Villarreal C protagonizaron ayer un combate nulo en un buen derbi, que fue de menos a más, y en el que si hiciésemos un símil boxístico, el claro resumen ofrecería que a los puntos quizá el conjunto albinegro fue merecedor del triunfo, aunque el segundo filial amarillo gozó de las dos ocasiones más claras en el tiempo de descuento. Un 0-0, que pudo ser 2-2, que no deja contentos ni a unos ni a otros, ya que continúan en zona de nadie y acumulan ya seis jornadas sin ganar. Eso sí, en ambos bandos se respiró tras el pitido final, pues una derrota hubiese abierto una crisis en uno u otro costado.

Ante el ambiente muy enrarecido por los pitos a Ramón Calderé y lo propio más insultos al presidente David Cruz, albinegros y amarillos iniciaron un derbi en el que el respeto y el posicionamiento táctico fue la tónica predominante en la primera mitad.

Con ambos conjuntos inmersos en una dinámica de cinco partidos sin ganar, el miedo a perder floreció a las primeras de cambio. Más cuando el CD Castellón tuvo la primera aproximación a poco del inicio, cuando Antonio Martínez se plantó solo ante el meta visitante Ximo Miralles, pero el mano a mano se invalidó por fuera de juego bastante claro.

Fue un espejismo de lo que podía antojarse como un encuentro trepidante. No lo fue de primeras. Calderé dispuso un once de futbolistas con mucha experiencia, con el regreso de Guille Vázquez al equipo, una dupla de mediocentros formada por Castells y Marenyà, Pruden y Clausí por bandas y con protagonismo -Tornero fue uno de los descartes-, y en ataque un interesante binomio formado por Lolo, muy activo, y un Antonio Martínez que a la vista puede parecer algo antiestético, pero que hace bien todas las facetas que se le exigen a un delantero centro de los llamados de la antigua usanza.

Enfrente, el Villarreal C de Pérez Salvachua no se arrugó en momento alguno. Lidarado por un espectacular Manu Morales, juvenil de primer año que solo tiene 16 años y que parecía que llevaba toda la vida jugando contra mayores. Junto a él, talentosos centrocampistas como Javi García y un ataque prometedor con Mario y el interesante turco Çerem, todo un incordio.

Pero ante tanta buena puesta en escena, el respeto ahogó a unos y otros en un primer acto en el que los ataques naufragaban cuando se aproximaban al área rival. Solo un tiro a puerta entre los tres palos, en el minuto 36, de Antonio Martínez para el Castellón fue el escaso bagaje ofensivo en el primer periodo.

MÁS COMBATIVOS // En el segundo acto, la actitud de los contendientes varió para bien. El Villarreal C sacó las uñas nada más reanudarse el choque por medio de Mario, al que contrarrestó un latigazo de Lolo que abortó el meta amarillo, el vinarocense Ximo Miralles.

A medida que avanzaban los minutos, el Castellón fue ganando en presencia en campo rival y el segundo filial amarillo empezó a perder fuelle, lo que aprovecharon los locales para gozar de hasta cuatro claras ocasiones, en especial dos de Lolo, que tuvo en sus botas la victoria.

Y hubo una quinta, mediada la segunda mitad, en el minuto 73, cuando tras un pase de Marenyà al citado Lolo, en presunta posición correcta, finalizó con gol del sevillano, pero anulado por fuera de juego. Una jugada que hizo estallar al público y a Calderé.

En la recta final del choque se invirtieron las tornas. El Castellón que veía que el gol no entraba se fundió, y los futbolistas ya no bajaban con tanta celeridad. Y el Villarreal C tuvo las dos ocasiones más claras para ganar, en especial una de Mario, quien sin portero no acertó. En la otra, en el 93’, Álvaro Campos salvó en la línea de gol un encuentro que terminó en tablas y sin punch. H