Dicen que las comparaciones son odiosas, pero un servidor no está del todo de acuerdo con esa máxima. De hecho, cuando en el mundo del fútbol se habla de éxito o fracaso, creo que está bien cotejar los recursos que tiene el exitoso y el fracasado en cuestión. Por ejemplo, que el Villarreal sea quinto con 54 puntos, una cifra que históricamente le permitiría estar a estas alturas entre los cuatro primeros, es un éxito.

Y no lo es por anotar más tantos que en toda la última Liga o por haber encajado menos goles que en las 17 temporadas anteriores en Primera en la jornada 31, que también. Es un éxito porque está por encima de equipos con más recursos como el Athletic, al que ganó muy bien ganado el viernes, y está muy por encima de otros equipos que también poseen más recursos como es el caso del Valencia. Podría ser mejor, dirán algunos. Pues quizá, pero viendo que Sevilla (130 millones), Atlético (220), Barcelona (695) o Madrid (631) manejan presupuestos mucho mayores que el del Villarreal, se hace difícil exigir ocupar una posición superior.

Desde el sonrojante 0-4 ante la Roma, creo que a Escribá y a sus hombres poco o nada se les puede reprochar. Diez partidos han jugado desde entonces, saldados con siete victorias y tres derrotas. Recordarán la primera ante el Real Madrid... la siguiente en Las Palmas con un jugador menos desde el minuto 20 y la última cuanto menos polémica contra el Eibar. Y si con eso no tienen suficiente, comparen ustedes.