El divorcio entre el director deportivo del club, Ramón Moya, y Kiko Ramírez es tal que ayer el presidente y consejero delegado del CD Castellón, David Cruz, trató personalmente junto al director general, Jordi Bruixola, las pretensiones del todavía entrenador albinegro para que este continúe la próxima temporada en el conjunto de la capital de la Plana.

Si una conclusión se ha extraído de la campaña que acaba de finalizar, esa es que todo el albinegrismo, tanto de a pie como plantilla y resto de miembros del cuerpo técnico del CD Castellón, quieren que Ramírez sea el entrenador del primer equipo orellut en el ejercicio 2016-17.

Pese a que fue el director deportivo, Moya, quien trajo al técnico tarraconense a Castalia, las relaciones entre ambos son inexistentes, circunstancia que deja a Cruz entre la espada y la pared.

LA CUMBRE // Ayer, Cruz y Bruixola escucharon a Ramírez, quien no comprende cómo a lo largo de la temporada que acaba de finalizar Moya iba dando bajas y firmando jugadores, en ocasiones sin consultar al propio técnico --casos varios, como el de Raúl Carmona, por ejemplo--. Y precisamente ese es uno de los puntos que quiso aclarar ayer Kiko, ya que si finalmente continúa en la entidad, quiere tener voz y voto en materia de fichajes.

Pero sobre todo, lo que solicitó el míster es un proyecto estable y que tenga aspiraciones de play-off. E hizo hincapié en lo de estable, ya que en los dos últimos años con Ramón Moya como director deportivo se han fichado dos plantillas completas, con un inagotable baile de futbolistas que fichaban y otros a los que se les daba la baja en apenas meses. Y eso repercute negativamente en la continuidad de un bloque.

Tras escuchar al tarraconense, hoy tendrá lugar en Castalia una reunión extraordinaria del consejo, en la que también habrán asesores de Cruz y otros dirigentes, y en la que se decidirá si se renueva o no a Kiko Ramírez. H