Era el día de Pablo Torrijos. El castellonense sabía que se encontraba ante una oportunidad histórica en su tercera final consecutiva de unos Europeos de atletismo (había quedado octavo en las dos anteriores). Y aunque mejoró sus clasificaciones anteriores con la quinta plaza (con un mejor salto de 16,74) no pudo disimular su decepción al final de su actuación en Berlín. «Estoy enfadado. Vine aquí a por una medalla, soñaba con todo y me voy sin nada. Hice 16,74, y creo que en el estado de forma en el que estoy peor no podría haber competido», lamentó el atleta del Playas. Torrijos descartó que el nerviosismo hiciera mella durante la final de triple salto. «Llevaba unos días confiado de luchar por grandes cosas aquí y no creo que hayan sido los nervios ni la presión. La verdad no tengo explicación», añadió.

El único español que había superado la barrera de los 17 metros antes de la cita en Berlín era la gran esperanza del combinado español. Empezó bien la jornada para el saltador del Playas y tras una marca de 16,74 metros se colocaba segundo provisionalmente, pero cayó minutos más tarde a la tercera posición y, después, hasta el quinto lugar, en la que concluiría su participación. El griego Tsiamis arrebató la medalla de bronce al de Castellón, tras completar un salto de 16,78, solo cuatro centímetros más que el castellonense. Después, le adelantó el azerbaiyano Babayev, con 16,76.

objetivo conseguido / Pese a la decepción en el triple salto, el combinado español se marchó ayer de los Europeos de Berlín con una actuación honrosa. Un último esprint en las clasificaciones por equipos en el maratón (la Copa de Europa contaba por primera vez para el medallero) hizo que la selección llegara al objetivo de los 10 puestos de podio que se había impuesto antes del torneo.

Javier Guerra repitió el cuarto puesto individual de hace cuatro años en Zúrich 2014, pero el equipo masculino se llevó la plata, solo por detrás de Italia. Trihas Gebre cayó hasta el noveno puesto individual, pero el equipo femenino obtuvo el bronce, solo por detrás de Bielorrusia e Italia.

Las 10 medallas, que no se pudieron ampliar en la sesión de tarde, ya eran un hecho, gracias al maratón, a los cuatro podios de los marchadores, a la sorpresa de Carro en 3.000 obstáculos (plata) y a los bronces arañados por Ortega (110 vallas), Ana Peleteiro (triple) y el potente relevo de 4x400 capitaneado por Husillos y Hortelano, pese a la clavada final de este en la última posta del sábado.

Las 10 medallas están en la línea de las ocho de Ámsterdam 2016, las 6 de Zúrich 2014, las 5 de Helsinki 2012, las 6 de Barcelona 2010 y las 11 de Gotemburgo 2006, pero lejos del inalcanzable récord de 15 de Múnich 2002. España acabó ayer en el noveno puesto del medallero y en el quinto de la tabla de finalistas (25 atletas estuvieron entre ocho primeros), por detrás de Gran Bretaña, Alemania, Polonia y Francia.