La profunda remodelación del Castellón ha alcanzado a los cuatro capitanes de la plantilla del retorno a Segunda B: Jordi Marenyà está en Écija, Àngel Dealbert ha colgado las botas para ejercer como secretario técnico, Arturo Navarro ha recalado en el Atlético Saguntino y Enrique José Sampedro será ahora rival en el Ontinyent. Así que el nuevo vestuario albinegro, al que solo le faltan los últimos retoques, ha procedido a la votación de sus portavoces. Pese a la llegada de futbolistas curtidos, David Cubillas, el 9, el castellonense que desechó ofertas de la categoría de bronce precisamente para llevar a su equipo de vuelta a esta categoría, el máximo goleador de una temporada inolvidable, tendrá el honor ahora de lucir el brazalete y tomar el testigo del medio vila-realense.

«Siendo de Castellón es un orgullo llevar el brazalete», manifestó Cubillas. «Ahora toca trabajar para los compañeros y la afición», apostilló. El 9, en su perfil de Twitter, dejó escrito otra fase cargada de significado: «Responsabilidad, honor e ilusión por llevar el brazalete. Entre todos intentaremos hacer cosas bonitas esta temporada. Equipo y afición: juntos seremos imparables».

LOS LUGARTENIENTES

¿Qué pasa el día en que no juegue, el pichichi del Castellón de la pasada campaña haya sido sustituido...? Pues los siguientes, en el escalafón, serán, por este orden, un Marc Castells que regresó al club en enero, un Álvaro Campos convertido en primer fichaje tras rubricar la vuelta a Segunda B y que también cumple su segunda aventura como orellut y un Carlos Delgado que hace valer su experiencia y capitanía en el Albacete para alcanzar tamaño rango.