Es el partido más importante en la historia del Castellón”. Así lo cataloga Juan Carlos Ortiz, en su primer (y puede que último, al menos por ahora) encuentro al frente del primer equipo albinegro, que afronta en El Sequiol de La Llosa de Ranes (17.00 horas) una cuestión de supervivencia.

En el último lustro, el Castellón ha jugado ya un sinfín de compromisos al límite. De todo tipo, además: para no bajar a Segunda B, para no ver comprometido más su futuro como club en la época de Fernando Miralles (sobre todo, tras la huelga de jugadores)... Pero nunca, hasta ahora, se había encontrado en su situación actual, obligado a vencer esta tarde para no arrancar la segunda vuelta en zona de descenso a Preferente.

Lo de menos es, incluso, el adversario o a qué escenario salga, cuando el primer enemigo es uno mismo. Con todo, ayuda que el Llosa, que representa a una localidad casi 50 veces inferior a la capital de la Plana, sume ocho jornadas sin ganar, en las que ha cosechado, por este orden, cinco derrotas y tres empates.

‘ROMPE’ CON EL PASADO // Falta de intensidad, compromiso, cohesión... Metan todo eso y mucho más en una coctelera y tendrán la respuesta aproximada a cómo un equipo concebido, incluso, para ser campeón de grupo, esté acuciado por las actuales circunstancias, en una situación de emergencia como nadie hubiese ni imaginado. En esas debutará un técnico que, ante la disyuntiva de dar simplemente un capotazo o tomar el toro por los cuernos, ha optado por lo segundo, metiendo su bisturí a fondo y tratando de romper con lo inmediatamente anterior, por mucho que esa revolución no lo vaya a ser tanto en cuanto a la alineación.

Prueba de lo que han cambiado las cosas, parte de la propia convocatoria. Viajan todos, incluso los que saben que no jugarán (Jesús López y Guille Vázquez, además de un más que dudoso Lois) e, incluso, dos refuerzos del B: el medio Marc Albalat y el delantero Jordi Garcia, ambos con opciones de pasar el corte de los 16.

FORNER, TITULAR // En cuanto al once, no se intuyen cambios en la retaguardia, repitiendo portero y defensa. En el terreno de juego más pequeño del grupo, donde el contacto se multiplica exponencialmente, es baja el jugador más fisico del equipo, Guille Vázquez, que será suplido por Forner. El otro integrante clásico de la línea de máquinas, Lois, cuenta con escasos números de jugar, con lo que el pujante Aarón estará en el doble pivote. A partir de ahí, tampoco surgen excesivas dudas, aunque Álex Rodríguez podría debutar y relegar a Charly al banquillo. Meseguer está dispuesto a retomar la titularidad, con Néstor completando la línea de mediapuntas y Adolfo arriba, a la esperada del ansiado 9.

Más que en lo físico, Ortiz ha enfatizado lo psicológico, decidido a que los futbolistas “lleguen limpios de mente y centrados en el partido”. Trabajo grupal que el recién llegado resume, simplemente, en “hacer equipo”... H