Cuando llegan los clásicos o, incluso, los derbis, siempre se oye decir a los técnicos de los equipos «¡uf!, cómo me gustaría jugar este partido». Pues bien, ese es el deseo imposible del hombre que, tras ganar cinco 'dakares', el catalán Marc Coma, ha pasado a ser la mano que dibuja el Dakar y planifica cómo tiene que ser y en qué condiciones han de ganar y/o sobrevivir los participantes de este maratón, que, hoy mismo, inicia su 10ª singladura en tierras americanas, cumpliendo, además, su 40 aniversario.

Porque, según todos, este Dakar-2018, con 9.000 kilómetros de recorrido (exactamente 8.792) y 4.500 de ellos (exactamente 4.329) contrarreloj, maltratará y colocará bajo presión a los participantes desde el minuto uno, desde la primera etapa en Perú, donde se vuelve después de cinco años de ausencia, impidiendo que la primera semana sea de tanto. «Si algo nos ha anunciado Marc (Coma), es que este va a ser un Dakar duro, muy exigente para nuestros cuerpos y las máquinas. Las dificultades empezarán ya el primer día. Es más, su frase es: la primera duna es en el primer kilómetro. Estamos avisados», señala Laia Sanz (KTM), que se presenta, de nuevo, con la chica que quiere pelear por el 'top ten'.

Tres territorios adversos

La carrera dictará sentencia en tres fases muy diferenciadas, que la harán tremendamente exigente. La primera semana, los participantes se enfrentan a las dunas del Perú, cuya continuación será el altiplano de Bolivia ¡ojito! a más de 3.500 metros de altitud (Carlos Sainz, uno de los favoritos a los mandos de un Peugeot, ha contado que «para preparar esos tres días en altitud, he estado durmiendo durante un mes en una cámara de hipoxia») y, finalmente, afrontar la dureza argentina en Belén, Salta, Fiambalá y San Juan, con temperaturas que sobrepasarán los 50 grados. «Quien quiera ganar el Dakar antes de pisar Argentina, se equivocará», reconoce el catalán Joan Barreda, favorito con Honda.

Durante los últimos días, la base aérea de Las Palmas, en Lima, ha arrinconado sus Mirage-2.000 y Mig-29, para albergar a los 337 vehículos (190 motos/quads, 105 coches y 42 camiones) de los 525 inscritos en este Dakar-2018, procedentes de 54 países, con Francia, Argentina, Holanda y España copando el protagonismo de la carrera.

Una carrera donde las grandes novedades se centrarán ya en la segunda etapa, en la que los coches saldrán primeros frente al desierto y, en la cuarta etapa, que será una salida en línea («donde los nostálgicos -explica Coma—recordarán la típica salida del lago Rosa, al final del tradicional Dakar») con 15 motos, 4 coches y 2 camiones en cada tanda.

Peugeot quiere irse ganando

El quinto día, es decir, ya, en el arranque del maratoniano y duro rally suramericano, habrán dos especiales para coches y motos que se harán a la vez a lo Baja Aragón y, en la superespecial de Fiambalá (la 11ª), como ya ha ocurrido otros años, se mezclarán según la clasificación del día anterior. Y, por supuesto, habrá una etapa maratón para coches y camiones y dos, ¡dos!, para las motos.

«Tengo la sensación», explica el francés Sebastien Loeb, ganador de nueve mundiales de rallys, «que Marc (Coma) nos ha preparado un Dakar muy duro. Es, sin duda, mi última oportunidad para ganar y voy a darlo todo por conseguirlo, pues es uno de los trofeos que aún me faltan. La primera semana difícilmente puedes ganar la carrera, pero sí la puedes perder. Tienes que estar siempre delante y evitar problemas para afrontar, en buenas condiciones, la última semana en Argentina. De todos modos, lo primero que me dijo Marc el otro día es que colocásemos las palas y las planchas para salir de la arena en posiciones cómodas y accesibles en el Peugeot, pues tendremos que utilizarlas más a menudo de lo que creemos, lo cual ya da idea de lo que será este Dakar».

Piloto oficial de KTM

Ni que decir tiene que la armada Peugeot, con sus impresionantes '3008 DKR Maxi', son los favoritos de este Dakar, pues se despiden de él tras un gran dominio. Los leones al volante de los impresionantes buggys turbo franceses volverán a ser, cómo no, 'Monsieur Dakar', Stephane Peterhansel, actual campeón y ganador de 13 dakares (seis en moto y siete en coches), Loeb, Sainz y el pentacampeón en motos Cyril Després. «Después de haber disfrutado durante años de este maravilloso rally, después de haber creado ingeniería exclusiva para competir y, más tarde, trasladarla a nuestros coches de calle en la medida que era útil, es evidente que Peugeot quiere despedirse del Dakar volviendo a ganar. Y es aquí donde la frase de que es más difícil repetir que ganar la primera vez tiene validez», señala Bruno Famin, director de Peugeot Sport.

Pero Peugeot y, más concretamente, Loeb acaba de perder, en Marruecos, frente al 'príncipe del desierto', el catarí Nasser Al-Attiyah, bicampeón en 2011 y 2015, que esta vez pilotará uno de los sofisticados, aunque no favorito, Toyota 'Hilux', junto a Giniel de Villiers y el 'rookie' Bernhard Ten Brinke. Cierto, los japoneses deberán esperar y aprovechar cualquier despiste de Peugeot para encaramarse al podio.

La doble versión de Mini

Y, no solo eso, sino también los pinchazos de la otra gran escudería oficial que peleará por la victoria final, como es la alemana Mini, propiedad de BMW, que se presenta en este Dakar con una doble versión, el tradicional 4x4 y el primer experimento 'buggy', de cara a futuras ediciones de la prueba suramericana.

Cuentan, dicen, que tanto Toyota como Mini se benefician del nuevo reglamento que permite a los 4x4 salir a pista con 100 kilos menos y un ligero juego superior en la suspensión para superar las dunas. Nani Roma, que vuelve a Mini, Orlando Terranova, otro viejo 'zorro del desierto', y Boris Gavafulic pilotarán el Mini de siempre, mientras que el revolucionario buggy del futuro estará en manos de Mikko Hirvonen, Yazeed Al-Rajhi y Bruyce Menzies.

Todos ven en Peugeot, que ya copó escandalosamente los tres escalones del podio del pasado año, al gran favorito de la carrera, de la misma manera que ven en la poderosísima KTM austriaca, con el campeón Sam Sunderland al frente y su mosquetero Toby Price de ayuda, los candidatos a la victoria en motos. KTM lleva 14 triunfos consecutivos. Y ahí estará, de nuevo, Joan Barreda (Honda), Adrien Van Beveren (Yamaha) y Pablo Quintanilla (Husqvarna) para evitar que repita. «Yo, en motos, no soy capaz de decir quien va a ganar. Lo juro», sentencia Coma.