En el Racing de Santander aún se estarán tirando de los pelos por dejar escapar a Dani Raba. El cántabro jugó 11 años en el Bansander, «el equipo de los descartes del Racing», con el que llegó a División de Honor juvenil. En su última temporada marcó 28 goles, y entonces sí, el equipo estrella de la ciudad fue a por él. Ya era tarde... el Villarreal se adelantó.

Como amarillo, el futbolista ha tardado cuatro años en debutar con el primer equipo en la máxima categoría. Lo logró el pasado domingo contra el Málaga, en un partido que nunca olvidará.

--¿Qué sintió jugando en Primera y ante miles de personas en el Estadio de la Cerámica?

--Que cumplía un sueño que había tenido desde niño. Pensé en mucha gente, en todo lo que has pasado, en partidos a las nueve de la mañana y en el sacrificio que haces cuando te vas a vivir tan lejos de casa. Ese momento compensa todo lo malo.

--Fijo en el filial y con minutos en el primer equipo. Este es su año.

--Eso parece. Estoy muy contento por debutar en Primera y porque las cosas también me van bien en el Villarreal B. Tener a Calleja en el primer equipo ayuda a los que estamos abajo, pero soy consciente de que no he hecho nada.

--¿Cuál fue la felicitación que más le ha marcado? Su entrenador habló muy bien de usted.

--Es un orgullo lo que dijo el míster de mí; da más ganas de seguir haciendo bien las cosas. Nunca olvidaré a mi padre, que vino a verme y parecía un niño.

--¿Qué ambiente se encuentra en el primer equipo? ¿En qué compañero se fija cuando sube?

--El ambiente es el mismo que se respira en el club, muy positivo. Hace que vayas a entrenar con ganas. Me fijo en todos. Cada uno tiene algo de lo que puedo aprender.

--¿Cuál es su principal virtud y algún defecto que deba pulir?

--Como virtud, quizá mi último pase y aparecer donde menos se me espera. Después, tengo que mejorar en aspectos defensivos. Estoy trabajando duro en ello.

--¿Cuál es el objetivo del filial? ¿Qué opina de Miguel Álvarez?

--Meternos en play-off. Subir sería lo máximo, pero es muy complicado porque hay equipos muy buenos. El nuevo entrenador es muy buena persona, ya dijo que no quería cambiar nada especial y lo está haciendo bien.