El primer título del curso ya está en el zurrón del Barça. El equipo azulgrana se llevó una sufrida Supercopa en Tánger (1-2) ante un Sevilla que se puso por delante y ofreció resistencia hasta el último suspiro. Un golazo de Dembélé y un penalti parado por Ter Stegen coronaron la remontada del equipo de Ernesto Valverde y Leo Messi levantó su primer trofeo como capitán azulgrana. No quería repetir el técnico la experiencia el fiasco del año pasado, cuando el Madrid se llevó la Supercopa ante los azulgranas por un global de 5-1. No fue un estreno oficial agradable para el extremeño, que después alzó el vuelo con una gran trayectoria en Liga y Copa, un doblete solo ensombrecido por el ridículo europeo en Roma.

A Messi no le afectan las fechas. Siempre es el mejor, la referencia, el timón del juego azulgrana, con una presencia notable por todo el campo. No puede decirse lo mismo de Suárez. El uruguayo estuvo perdido. Lento, desesperado y sin ninguna chispa, convirtió en un tormento cada balón que pasó por sus pies. Valverde le concedió la titularidad sabiendo que está lejos de su mejor momento.

GOL CON VAR / También apostó por Ter Stegen en lugar de Cillessen, que tiene motivos para pensar en su salida. Desde luego si quiere minutos en Barcelona ya sabe que apenas tendrá protagonismo. El alemán, suplente de Neuer en el Mundial, respondió con una parada decisiva con empate a uno que prolonga el excelente nivel que mostró la temporada pasada. Umtiti, Coutinho y Rakitic también se quedaron en el banquillo, junto a Vidal, Munir y Miranda. Malcom, Puig, Alcácer y Vermaelen fueron los descartados.

No tuvo un buen comienzo el Barça, que se vio pronto por detrás del marcador tras una jugada desafortunada que culminó Sarabia (m. 9). El gol fue anulado inicialmente por fuera de juego del madrileño, pero el VAR demostró la legalidad del tanto. El equipo de Pablo Machín cedió después toda la iniciativa al Barça. Tocó bien el bloque de Valverde aupado por Messi y Alba, esa pareja que tan buenos dividendos da siempre. El argentino y el carrilero impulsaron el juego azulgrana, pero Suárez no fue el estilete de otras ocasiones. Un tiro flojo (m. 23) detenido por Vaclik y una ocasión clara desbaratada con un mal remate (m. 37) frustraron al uruguayo.

LA IGUALADA DE PIQUÉ / El empate llegó tras una buena acción de Arthur que propició una falta. Messi la lanzó con maestría, el balón rebotó dos veces en el poste tras tocar también en el meta y acabó en la bota izquierda de Piqué (m. 42). Con una parada vital de Ter Stegen (m. 43) se llegó al descanso, mientras Coutinho y Rakitic calentaban en la banda. El croata fue el primero en entrar por Rafinha nada más comenzar la segunda parte. Poco después lo hizo el brasileño por Athur en un once con pinta de parecerse mucho al preferido del técnico.

Con un rival mucho más rodado (el Sevilla lleva desde julio disputando previas de la Europa League), el factor físico adquiría una relevancia notable. Un cabezazo del Mudo Vázquez al larguero (m. 61) pudo complicar mucho las cosas al Barcelona, pero ahí estaba Leo Messi para volver a encender la luz. Un pase perfecto del astro azulgrana dejó a Dembélé solo ante el portero, pero al extremo francés le falta ese instinto que caracteriza a los grandes goleadores. Su disparo fue infantil.

FINAL DE INFARTO / Vázquez volvió a acariciar el gol para el Sevilla con un disparo envenenado (m. 68). En ese guion de ida y vuelta, volvió a emerger el meta de los andaluces en una doble acción de Suárez y Messi que sirvió de anticipo al derechazo de Dembélé (m. 78). El francés respondió a la confianza de Valverde con un notable partido y un golazo que sirvió para conquistar un título. También puso mucho de su parte Ter Stegen. El meta fue castigado con un penalti muy riguroso ante Aleix Vidal y respondió deteniendo el disparo desde los 11 metros de Ben Yedder para asegurar el agónico triunfo del Barça.