A estas alturas de la temporada, el equipo gallego continúa en construcción. Son ya 15 jornadas de continuos cambios de sistema de juego y posición de jugadores, condicionado todo a partes iguales por las lesiones y los malos resultados, sin olvidar una deficiente configuración de la plantilla.

Tras una serie de partidos en los que utilizó una defensa de tres centrales, en la última jornada Víctor Fernández optó por un clásico 4-2-3-1, y por lo menos en el resultado, el cambio resultó eficaz. Hasta hace bien poco, el Deportivo venía manifestando problemas en todas las facetas del juego: puntuales flaquezas defensivas, irregularidad en la creación y una alarmante debilidad en ataque. Alguna se ha solucionado, y en los últimos encuentros, ha ofrecido mayor empaque y solvencia atrás. En la fase de finalización, eso sí, todo sigue igual: se remata poco y los registros anotadores son muy pobres.

HOMBRE POR HOMBRE // Del once que jugó ante el Elche solo se espera la modificación del lateral izquierdo Luisinho, sancionado.

En la meta, ahora es titular Fabricio, un portero de gran determinación y riesgo en sus acciones que contabiliza muchas paradas ganadoras. Defensa de cuatro con dos laterales largos: Juanfran aporta recorrido, profundidad, centro y golpeo, y lagunas tácticas en defensa; Canella tiene buen manejo con la zurda y es correcto en la marca. En el eje, Lopo acusa la falta de velocidad aunque mantiene su contundencia en los duelos físicos; Sidnei está más ágil pese a su envergadura.

Novedad fue la presencia de Bergantiños en el doble pivote, jugador de equilibrio y sacrificio que abarca mucho campo, aunque aporta poco en la creación. Su pareja es Medunjanin, un volante con una zurda privilegiada y que atesora una gran riqueza y variedad de recursos técnicos, teórico conductor de su equipo, aunque su irregularidad es habitual compañera de viaje.

En la línea de tres, José Rodríguez, un volante central, parte de banda derecha; es fuerte físicamente, competitivo, y tiene criterio y buen disparo de media distancia, pero si no entra en contacto con la pelota su juego se diluye. En la izquierda, un diestro, Cavaleiro, el más difícil de referenciar por su gran radio de acción, apareciendo por todo el frente de ataque para desplegar su velocidad. Vital sería la recuperación de Fariña, un enganche de gran calidad y dominio de la pelota que sabe batir líneas en conducción y tiene buena llegada.

Como referencia, Toché, tenaz, sacrificado y buen cabeceador, pero tampoco está garantizando buenas cifras goleadoras. A pesar de la interminable mutación, el balance en ataque del Depor es aterrador: tres goles en los últimos siete partidos de Liga. H