Llega al Madrigal con buenas sensaciones este Valencia de Nuno, un equipo que manifiesta un buen equilibrio defensa-ataque, con una idea de juego muy definida que le otorga solvencia en las dos áreas. En Mestalla ha ofrecido un funcionamiento irreprochable, pero es algo más irregular como visitante. El portugués propone un estilo ambicioso, un fútbol vertical y una constante búsqueda y habilitación de espacios.

La disposición táctica parte de un 4-3-3, asimétrico en su ataque estático --sus alas se cierran para dar apoyos a los volantes, que a su vez dejan campo abierto para unos laterales que tienen gran protagonismo en el juego ofensivo. Es un ataque combinativo, con participación de todos sus elementos, que Nuno alterna con un juego más directo.

También se maneja bien en el registro del contragolpe, ya que en su defensa posicional, con una organización defensiva alta, busca recuperar la pelota de forma activa para atacar por sorpresa. En ocasiones puntuales, si el rival supera esa línea de presión, tiene problemas en el repliegue al haber volcado tanta gente arriba.

Alves es un portero ágil, intuitivo y bien relacionado con una zaga en la que sus dos centrales ofrecen dinamismo y anticipación: Mustafi es rápido, de buen juego aéreo, y Otamendi es contundente, además de asumir iniciativas con el balón. Los dos laterales tienen un marcado perfil ofensivo. Barragán es profundo y con buen retorno, pero impreciso en los centros; Gayá es fundamental por su capacidad para percutir con la pelota dominada y su calidad para el pase o el centro. Ambos son la mejor vía de llegada al área rival y obligan a hacer buenas coberturas y basculaciones porque aprovechan muy bien los espacios que les generan.

Por delante, tres volantes en tres alturas diferentes: Javi Fuego aporta equilibrio y consistencia. Sin Parejo, el equipo pierde ritmo: el zurdo Filipe Augusto será el primer apoyo en la salida; un medio solidario que abarca mucho campo. Y André Gomes es el más llegador, creativo y de muy buen último pase con gran recorrido por eje vertical.

En las bandas, dos zurdos: Rodrigo juega a pierna cambiada y traza diagonales exhibiendo su calidad técnica y cambio de ritmo. Sabe asociarse y perfilarse para la asistencia o el golpeo. Piatti es pura velocidad y verticalidad. Por último, Paco Alcácer vive un estado de forma excelente: juega de 9 pero es difícil de referenciar porque sabe moverse con inteligencia. Es preciso y efectivo en la finalización.

Pocas fisuras ha ofrecido este Valencia, que además está aprovechando el no tener que disputar competición europea, de ahí que su juego tenga frescura y alegría ofensiva. H