El Joventut Almassora continúa creciendo a pasos agigantados pero no únicamente el primer equipo, que esta temporada milita por segundo ejercicio consecutivo en Segunda División, sino también su filial, que en su caso, también toma parte por segunda campaña de la Primera Regional. Para la entidad almazorense es realmente importante disponer de un segundo equipo, máxime en Primera Regional, dos categorías por debajo de la escuadra matriz de la entidad.

El Joventut Almassora es un club que ha apostado por el fútbol femenino desde un primer momento, algo que ha dado sus frutos con creces. Y para que ello se prolongue en el futuro se creó el filial que, en su primera temporada ascendió y la pasada campaña, en su debut en Primera Regional, cuajó un gran ejercicio que cerró en un meritorio octavo puesto en la categoría.

Prima el plano formativo

Esta temporada, como no podía ser de otro modo, el equipo B goza de una plantilla muy joven. En el seno del club apuestan muy fuerte por el filial. Por ello, el objetivo prioritario pasa porque el mayor número de jugadoras pueda dar el salto al primer equipo, con todo lo que ello conlleva: estar preparadas al máximo para poder competir en una categoría tan exigente como la categoría de plata del fútbol español.

Por el momento, en el presente curso futbolístico, ya han sido cuatro las jugadoras que han debutado en el primer equipo. En lo referente al plano competitivo, secundario tras el formativo, pasa por intentar superar la clasificación de la temporada anterior, algo totalmente factible.

Para alcanzar los objetivos marcados desde el comienzo de liga, el Joventud apuesta, en la totalidad de sus equipos, por proponer un juego asociativo, mantener la pelota, y con ella trenzar un fútbol elaborado para llegar a la portería contraria con peligro y generar ocasiones de gol. Esta es una prioridad dentro del organigrama técnico, tanto del primer equipo como del filial: que el juego sea similar para que cuando las jóvenes valores del club den el salto con sus hermanas mayores apenas noten la diferencia. El Joventut es un equipo al que le gusta jugar a partir del balón.

Este año el filial presenta una plantilla cuya edad media no pasa de los 17 años, una plantilla joven dentro de la Primera Regional. Ese factor entraña una dificultad notable. No obstante, el nivel futbolístico de las jugadoras es muy alto, algo con lo que contrarrestan su juventud.