La fortaleza y el estado físico de Novak Djokovic fueron esenciales para que este sábado el jugador serbio derrotase a Rafael Nadal sobre la tierra batida de Montecarlo. Era el primer duelo de la temporada entre ambos y sin duda una semifinal con sabor a final anticipada en el Principado, a orillas del Mediterráneo. Lo advirtió Nadal y se cumplió lo apuntado. El duelo frente al número uno le llegaba demasiado pronto, en territorio de tierra, el que le agrada, pero antes de que se sienta a tono, de que vaya adquiriendo una forma que debe conducirlo de nuevo a lo más alto de Roland Garros.

En Montecarlo solo ha habido un dominador, un claro 6-3 y 6-3, reflejo en el marcador, testimonio de que Djokovic está un peldaño por encima de Nadal. Una hora y 37 minutos resistió Nadal las embestidas de su rival, el que comenzó tenso, sin situarse en el partido, al que le costó dos juegos de adaptación concentrarse y empezar a encarrilar el partido. Nadal luchó. Lo hizo durante el primer set, siempre, salvo el inicio, por debajo en el marcador. Y mejoró al inicio del segundo hasta el 3-3. Allí cambió la situación porque Djokovic rompió el servicio del jugador de Manacor para adquirir una ventaja que fue ensencial, irrecuperable para el mallorquín. Nadal salvó la primera bola de partido, en cambio,en la segunda el resultado no fue otra que la de ver a Djokovic levantar las manos, camino ya de una final que lo tiene como favorito.

El rival del jugador serbio será el checo Tomas Berdych que se impuso en su semifinal al francés Gael Monfils por 6-1 y 6-4. Si Djokovic triunfa este domingo conseguirá el título de Montecarlo por segunda vez en su carrera. Y tiene muchos puntos a favor.