Un auténtico chaparrón de puntos se llevaron los faraones de Egipto en su enfrentamiento con la selección española al perder por 91-54, 37 de diferencia que pudieron haber sido más, en la segunda jornada del Grupo A del Mundial de baloncesto,

Apenas dos minutos duró el partido ante Egipto, al menos en cuanto a igualdad en el marcador se refiere. Tras el empate a dos, la selección española endosó un parcial de 17-0 en poco más de dos minutos que resolvió casi definitivamente hacia qué lado se inclinaría la victoria.

Los faraones salieron con una clara indicación, hacer falta en cuanto un jugador español obtuviera una ventaja. Traducido al román paladino, casi siempre. A los 3,40 minutos de juego ya habían hecho la quinta falta, tirándose tiros libre a continuación.

Esta circunstancia ralentizó mucho el partido y le privó de la espectacularidad que deseaban los jugadores de la selección.

El final del primer cuarto fue 26-10, pero podría haber sido mucho más escandaloso.

JUGARON TODOS // Lo mejor del partido contra Egipto fue la participación de todo el equipo, por primer vez desde que iniciaron la preparación, toda vez que tanto Felipe Reyes como Serge Ibaka, que no jugaron ayer, saltaron a la pista entre las ovaciones del aficionado granadino.

En el segundo periodo, las cosas funcionaron peor para el equipo español en ataque y tampoco la defensa estuvo especialmente productiva, aunque ganas e intensidad apenas decrecieron.

Al descanso, 42-24, el partido resuelto y ganas por parte de la afición de ver alguna jugada espectacular de la ÑBA.

PURO ESPECTÁCULO // Ibaka y Ricky resolvieron esta cuestión de inmediato con mates y asistencias, respectivamente, marca de la casa. Los mismo que el triple de Navarro que certificó el 11-0 con el que empezó el tercer periodo (53-24, min. 22,30).

A partir de ahí, el enfrentamiento se convirtió en un pequeño correcalles con muchos errores de bulto por querer agradar a los aficionados con mates y pases imposibles. Al final del tercer cuarto el marcador reflejó un 64-37.

no bajó la intensidad // Mantener la concentración en este tipo de partidos en los que la diferencia es enorme suele resultar muy complicado, pero el equipo del castellonense Juan Antonio Orenga lo intentó con ganas y fruto de ese esfuerzo llegó un alley-hoop que nació de las manos de Calderón y que finalizó Pau Gasol.

La diferencia, que pudo hacer sido estratosférica, se quedó en 37 puntos tras el 91-54 final. En cualquier caso, un chaparrón faraónico. Hoy, comienza los partidos de verdad ante Brasil (22.00 horas, Cuatro TV). H