El Castellón continúa sin levantar el vuelo, tras un ejercicio de impotencia ante el Atlético Saguntino, capaz de sacar un heroico empate en Castalia (0--0) pese a jugar en inferioridad numérica desde el minuto 19 de la primera mitad y disfrutando de ocasiones ante un rival que esta vez sí echó en falta a un delantero... y paciencia. La espiral de las últimas dos semanas (dos empates en cuatro jornadas) conlleva, además, la primera revolución en la plantilla, apuntada en la convocatoria y confirmada después por el propio Calderé: Javi Selvas causará baja y Moya le traerá, previa autorización de Cruz, no solamente un refuerzo, sino dos.

La tarde venía con mar de fondo. Una derrota como la del miércoles traía cola, como bien pudo apreciarse a simple vista. Era uno de esos días para ver, tanto el once como la convocatoria, con lupa. Había motivos para pensar que los cambios en la alineación respecto a Borriol (Guille Vázquez por el expulsado Escudero, Meseguer por Javi Selvas y, sobre todo, Pruden por Rubén Suárez) estaban basados en cuestiones deportivas; pero también para malpensar, sensación acentuada porque el que fuera central en El Palmar acabara como descarte. Ese runrún creció al ver la disposición inicial, con Carrillo como 9: sin Fonte ni Saizar, Calderé apostó por las constantes permutas de sus hombres de ataque, sin que nadie aportara las soluciones requeridas o ese remate salvador.

NERVIOS // El Castellón irradiaba tensión con cada paso que daba. El Saguntino fue a degüello y, en el segundo minuto, David Fas obligaba a Campos a ofrecer su mejor versión. Cinco después, nuevo ay del vilafamesino Carlos Esteve (¡qué delanterazo!), aunque la acción estaba invalidada.

Los albinegros, que se aferraban a Pruden, eran capaces de trasladar la pelota a sus dos extremos, pero si dentro del área estaban Pruden o Clausí, los centros se convertían en inocuos.

Las malas vibraciones parecían disiparse momentáneamente cuando Clausí halló petróleo... y la roja para el portero Lluna (min. 19). Sin haber calentado, su sustituto, Zubi, se sacó de encima el colocado disparo de Carrillo (sin Rubén Suárez todavía, el primer tiempo derivó en un cásting de lanzadores a balón parado).

El Atlético Saguntino, que solo había recibido un gol en las cinco jornadas, se multiplicó. Le bastó con minimizar espacios y capear ese instante de efervescencia de los orelluts, llevados por la superioridad numérica. Es más, el primer tiempo terminó con los romanos incordiando a Campos, obligado a esforzarse ante Esteve y a sacar otra mano a Fas. Del Castellón solo hubo noticias con un trallazo desde más de 30 metros de Castells, abortado por Zubi.

Los albinegros volvieron del vestuario con un hambre rematadora sin igual, con ocho tiros en seis minutos, si bien solo un par encontraron portería... inofensivamente. Lolo gozó de la mejor ocasión, justo antes de que Calderé llamara al 10, ayer con el 14.

Con el asturiano al mando de las operaciones, el asedio pasó a ser total. El Saguntino se defendía heroicamente, solo con Esteve liberado de plantar el muro en el borde de su área. Ahora sí, los de Calderé aplicaban criterio y cabeza a sus ataques pero sin un 9. En medio del acoso, Álvaro se doctoró, aupado en su poderosa zancada, para abortar el mano a mano del paisano de Marc Trilles (inconmensurable frente a sus ex) ante Campos, que apareció para tapar el remate de Fran Gámez.

El partido se moría y el Castellón era incapaz de evitarlo. Clausí estrelló una pelota en el larguero, pero Esteve acarició el 0-1 en el descuento. Hubiese sido un desastre, con la grada, desierta de por sí, nuevamente crispada ante un proyecto que no arranca. H