Manu Trigueros tiene motivos para ser optimista en el Vicente Calderón. El futbolista talaverano ya sabe lo que es celebrar una victoria en el estadio del Atlético de Madrid, como parte importante —90 minutos sobre el terreno de juego— de aquel 0-1 que silenció hace ahora casi dos años justos a la afición rojiblanca con el tanto de Vietto, que empezó a mover los hilos de su fichaje por la entidad colchonera justo esa tarde. Hace mucho menos, el pasado mes de diciembre, Trigueros inició la autoritaria victoria de los amarillos en Vila-real, en la primera vuelta. Ahora, el centrocampista no espera un marcador tan amplio (3-0) como el del último cara a cara entre ambos. La de mañana será otra historia.

Simeone ha ido ajustando la maquinaria del Atlético hasta volver a hacer de su equipo el más seguro de la Liga española, una condición que le ha quitado en las últimas jornadas al Submarino. Los dos rivales que se verán las caras en el Calderón son los conjuntos más fiables defensivamente de la competición, un hecho que da una pista sobre qué clase de partido se puede ver. «Somos dos equipos que defendemos muy bien, así que creo que el encuentro se va a decidir por detalles», analiza Trigueros, que apunta a la concentración como el factor clave que puede decantar el duelo de mañana: «El que no salga al campo al cien por cien concentrado va a sufrir; y al contrario, el equipo que mantenga la concentración hasta el final se llevará el partido».

LA INICIATIVA, ROJIBLANCA / Aun así, Manu Trigueros cree que la obligación de los de Simeone de no fallar ante sus aficionados —tres puntos separan la plaza directa de Champions de la incomodidad de tener que afrontar una previa para entrar en la máxima competición continental— puede jugar a favor de los intereses del Submarino. «Espero a un Atlético que va a ir con mucha gente arriba, a atacar, lo que va a dejarnos más espacios», comenta el centrocampista del Villarreal, que al aliciente siempre importante de afrontar un choque ante uno de los tres mejores equipos de España y uno de los mejores de Europa —tres veces semifinalista de Champions en las últimas cuatro temporadas— une esta vez el hecho de que el de mañana será el último partido del Villarreal en el Vicente Calderón, estadio que dará paso la próxima temporada al Wanda Metropolitano, la nueva casa de los colchoneros. «Le dará un toque especial, aunque el Calderón es un estadio que siempre motiva, bajo cualquier circunstancia», dice Trigueros, que tiene cierto lazo de unión con el club madrileño, de cuya cantera formó parte su padre durante cuatro temporadas.

DEBERES HECHOS / Manu, como el resto de sus compañeros, afrontan la visita al Atlético —«un partido muy duro y en el que intentaremos rascar algo, como siempre»— con la tranquilidad de haber hecho los deberes en casa ante el Leganés. «Que no se nos escape ningún punto en casa será determinante para mantener la quinta plaza, que es lo que queremos todos», refrenda.