Quien había dicho que esto iba a ser fácil? El Guadalajara, uno de los máximos exponentes de la modestia en la categoría de plata se encargó de recordarlo anoche en el Madrigal, obligando a tirar de la heroica al máximo favorito para estar al final de temporada en una de las dos plazas de ascenso directo. El de ayer fue el ejemplo de partido tipo que espera al Villarreal en Segunda, con un rival acumulando hombres en el centro del campo, ahí donde saben que este Submarino todavía con chip de Primera tiene su gran potencial, presionando desde muy arriba la salida de balón de los amarillos y aprovechando al máximo las escasas opciones que saben que tendrán ante un equipo destinado a dominar la posesión en prácticamente todos sus encuentros.

Si, como anoche, el Villarreal sale frío, sin movilidad ni precisión, los partidos se le pueden hacer muy cuesta arriba a los de Velázquez. Pasó en el estreno liguero ante el Castilla, y pasó ayer ante el Guadalajara, que cumplió a la perfección su limitado guión: sorprender en la presión, esperar el fallo de su rival y aguantar y aguantar. De la nada, el equipo castellano-manchego encontró el gol en el tramo inicial.

GOLPE INESPERADO // Una falta sin aparente peligro en el centro del campo provocó dos remates por arriba, la parcela en la que deberían mandar la pareja de centrales amarillos, Mellberg y Musacchio. En el primero respondió Juan Carlos, aunque su rechace centrado fue directamente a la testa de Kepa, que marcó casi a placer (m. 12). El castigo pudo haber sido mucho mayor si cinco minutos más tarde Musacchio no se anticipa milagrosamente a un Jon Erice que ya tenía el gatillo preparado en el área pequeña.

El Submarino se obligaba a otra remontada, ya ante el cerrojazo del Guadalajara, que desguarnecía las bandas en su afán de protegerse del vendaval de fútbol que puede provocar el Villarreal por el centro si le dan espacios. Pero por los costados ni Javi Venta ni Oriol encontraron la precisión necesaria en los balones colgados al área visitante. Solo los desbordes de Manu Trigueros -que tuvo su opción desde fuera del área en un disparo que desvió a córner Toño (m. 32)-- sacaban a los de Velázquez del toque-toque anodino en tres cuartos de campo.