Si la Ciudad Deportiva del Villarreal ya era la envidia del fútbol español, desde ayer es el referente indiscutible de las instalaciones de los clubs de primer nivel. Para Fernando Roig no era suficiente con los dos campos de entrenamiento de hierba natural, cinco de césped sintético, el Miniestadi para 5.000 espectadores, el edificio social con una residencia para más de un centenar de jóvenes de la cantera... Faltaba la guinda. Ayer, el propio presidente de la entidad era el encargado de presentar ante más de 200 invitados el nuevo edificio de la Ciudad Deportiva, 1.500 metros cuadrados divididos en dos plantas en las que se ubican las dependencias administrativas del club --planta superior-- y la nueva cafetería de la instalación.

El presidente explicaba ayer las tres razones que han motivado el afrontar esta obra que se ha terminado en seis meses bajo la supervisión directa del Villarreal --”hemos demostrado que se puede construir bien y barato”, apuntaba Roig--. La primera, “la necesidad de ampliación determinada por el propio crecimiento del club”; la segunda, el separar lo que son las dependencias de futbolistas de las oficinas, “con lo que conseguimos que los jugadores de la residencia y el primer equipo tengan más privacidad”; y la última, “mejorar la atención con los grandes sacrificados, que no son otros que los padres o abuelos de los niños que cada día juegan en estas instalaciones”.

VErTIENTE SOCIAL // Además, Roig destacó el impresionante mural de trencadís que preside la cafetería y señaló la necesidad de promocionar este trabajo realizado por alumnos de centros ocupacionales. Roig avanzó que más de 1.000 Mercadona contratarán los servicios de estos centros --entre ellos el de Vila-real y Afanias Castellón-- para reformar sus secciones con este azulejo creativo. H