El 3-0 final disfraza un pobre partido del Villarreal en el Bernabéu. Los amarillos no tiraron ni una vez a puerta con peligro y propiciaron una de los partidos más plácidos que seguramente recordará Casillas. El principal objetivo del Submarino anoche fue evitar una goleada de escándalo, y lo consiguió. Pero ahí se quedó la cosa, porque las sensaciones continuaron siendo muy malas. Tanto que en la novena jornada el equipo de Garrido duerme en puestos de descenso. La caída libre continúa.

Al Villarreal le cayeron tres, pero podían haber sido cuatro, cinco o seis. El resultado pasa a ser una anécdota cuando a los diez minutos de partido el marcador señalaba un 2-0 y Diego López ya se había ganado el triste honor de ser el mejor de un equipo carente de alma, corazón y cabeza para competir. Todo el mundo es consciente de que el duopolio reinante en la Liga ha abierto brechas demasiado notorias entre Barça y Real Madrid y el resto, con la excepción de un Levante que se ha colado en una fiesta a la que no estaba invitado. Pero el argumento se rompe en mil pedazos cuando un grupo de jugadores no saltan al campo a competir. Este Villarreal ha perdido el gen competitivo. Nunca había ofrecido una imagen tan triste en el Bernabéu como la exhibida anoche, pero eso mismo ya sucedió el pasado miércoles ante el Levante. De mal en peor.

ONCE DEFENDIENDO // Pero el Villarreal no solo ha perdido su orgullo, también ha renunciado a su filosofía y a su estilo de juego. La imagen de los once jugadores de Garrido encerrados en su campo y corriendo tras el balón con un 3-0 en contra dañaba el amor propio de todos los que sienten al Villarreal como algo suyo. Fernando Roig pasó anoche un auténtico calvario en el palco.

El Submarino se desangra como equipo semana a semana. En Manchester se taponó la herida, pero la sangre continúa saliendo a borbotones. Y cada vez queda menos en las venas. Garrido introdujo el bisturí, pero no profundizó. La debilidad defensiva continúa siendo tan evidente y exagerada que choca que solo Musacchio fuera la novedad del cuarteto defensivo ante la baja de Marchena. El técnico continuó con su idea de ubicar a Zapata, desastroso por otra parte en la banda derecha, y Catalá en el lateral izquierdo, flanco que también fue utilizado por el Madrid para romper al Submarino.

POBRE IMAGEN // En el centro del campo, solo Bruno mantiene el mínimo nivel exigido para competir, pero está tan solo en la tarea que parece a punto de tirar la toalla. Borja Valero no es ni la sombra del futbolista brillante y sacrificado de antaño, mientras que el rendimiento de De Guzmán se asemeja más al de un juvenil al que acaban de dar la oportunidad en el primer equipo y se halla en un proceso de aprendizaje. Rossi y Ruben exhibieron un tono competitivo superior. Ambos parecían de otro equipo.

La gran aspiración del Villarreal en el Santiago Bernabéu se limitó a resguardarse de una goleada de escándalo. La idea de evitar la humillación del Madrid con la que jugó el equipo amarillo se convirtió en su peor deshonra. Lo más triste es que el Real Madrid bajó el pie del acelerador y se limitó a conservar energías para próximos partidos. Y con ello, los amarillos apenas sufrieron en la segunda parte. La mejor actitud de Camuñas, Mario y Senna insufló un poco más de empaque. Pero nunca el Bernabéu había visto a un Villarreal tan conformista como el de anoche. La reacción no puede esperar más. El Villarreal es antepenúltimo. H