El Nuevo Pepico Amat despidió ayer al Eldense puesto en pie. Una larga ovación a la que los jugadores del equipo alicantino correspondieron desde el centro del campo y que no acabó hasta que los futbolistas se retiraron a los vestuarios. Y eso que habían perdido 0-5 contra el Sabadell. Una imagen absolutamente inusual para cerrar la semana más extraña y más dura en los 97 años de la historia de este club.

Pero es que nada tuvieron que ver esos tantos recibidos con los 12 que le endosó el Barça B en el Mini Estadi en la anterior jornada, un partido que parece ser la punta del iceberg de una trama de amaños de partidos y apuestas urdida presuntamente entre los responsables del fondo de inversión italiano que controlaba la entidad desde enero, los dos entrenadores que tenía el equipo y algunos de los jugadores. Hubo cinco detenidos que están en libertad, pero siguen investigados y puede haber más.

EL ‘ONCE’ // La alineación del Eldense reflejó el terremoto de esta semana. La firmó Roberto Campello, que ya es el séptimo técnico que ha tenido el equipo esta campaña, y en ella solo había dos jugadores, David Ruiz y Tabala, de los que estuvieron en el encuentro ante el Barça B. Jugaron los que antes apenas lo hacían y muchos juveniles a los que este encuentro sirvió para estrenarse en la categoría. Y como capitán, el mauritano Cheihk Saad. El brazalete en el brazo fue un premio a su valentía por denunciar el presunto amaño y también un reconocimiento a su nueva situación como referente moral dentro y fuera del vestuario.

Los locales arrancaron como aviones, empujados por los más de 3.000 aficionados que acudieron a la llamada de socorro que en forma de jornada de puertas abiertas hizo la comisión gestora para que el club no caiga en un pozo sin fondo. Ni ser ya matemáticamente equipo de Tercera División impidió una de las mejores entradas de la temporada, bien fuera por apoyar al equipo o bien por el morbo de la situación. Pero todos disfrutaron con una gran puesta en escena.

Fueron 30 minutos jugando DE tú a tú al Sabadell, hasta que Max adelantó a los arlequinados y tres minutos después Verdú anotó un golazo para poner el 0-2. Demasiada pena para el voluntarioso Eldense que se vio aumentada por un discutido penalti que supuso el tercer tanto visitante al poco de arrancar la segunda parte, la sentencia definitiva y la salvación virtual del Sabadell.

LA DESPEDIDA // Pero casi nadie dejó las gradas del Pepico Amat. Aguantaron otros dos goles contra su equipo para despedirle con una cerrada ovación que también acudieron a recibir los que ya estaban en el banquillo e incluso los lesionados. Se unieron al reconocimiento igualmente los jugadores visitantes que abrazaron con más intensidad de la habitual a sus rivales.

Con el público en pie, los jugadores se fueron retirando a la caseta, todos menos Saad. Rodeado de niños pidiéndole autógrafos, el mauritano se tuvo que quedar unos minutos más en el césped. Él es el gran héroe de esta macabra historia del Eldense.