Villarreal C y Castellón ofrecieron un duelo bronco, saldado con el empate (2-2). Los amarillos abrieron y cerraron el marcador, minimizando el botín de la remontada albinegra, en un derbi que deja una fea imagen: la entrada de Dani Villa, poniendo la bota en la cara de Alejandro Zagalá, a quien envió al hospital ¡y solo vio la amarilla! De nuevo 10 para 10 (Sergio Lozano había sido expulsado mientras que, con los cambios agotados, Cristian Herrera tuvo que ponerse los guantes), el último arreón permitió a Nikola Vujnovic, en el 95, salvar un punto y frenar la sangría de derrotas amarillas ante los orelluts, frustrados por ver cómo se les escapaba su séptima victoria consecutiva... y dos puntos en un encuentro que tenían bajo control.

Los dos equipos no estaban para experimentos. Los dos onces fueron reconocibles (como sorpresa, tal vez, la suplencia de Marc Castells en los orelluts). Tan reconocibles como los planteamientos de salida. Los amarillos desplegaron su fútbol, de posesión y verticalidad, hasta que una internada del lateral derecho Andrei Ratiu, tras pared en el área pequeña con Chepe, permitió al rumano inaugurar el marcador.

Sin embargo, es difícil que este Castellón se desmorone. Ya antes del empate de David Cubillas en el 36, siete minutos después del 1-0, al remachar casi en la línea un remate de Cristian Herrera, este ya había avisado en dos ocasiones. Javi Serra, al filo del descanso, dio la vuelta al encuentro.

LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS // El partido siguió jugándose a lo que quería el Castellón... hasta el carrusel de sustituciones. Arturo Navarro pudo colocar lo que hubiese sido un insalvable 1-3, pero, después, los cambios espabilaron al Villarreal C y perjudicaron al Castellón, máxime cuando Escobar no tuvo más remedio que quitar a los autores de los goles.

Sin embargo, el Castellón se dejaba dominar borrándose en ataque, frente a un adversario que no llegaba a asomarse a los dominios de Zagalá, menos aún cuando, en el 75’, Sergio Lozano era expulsado. En esas llegó la entrada sin sentido de Dani Villa, que dejó fuera de combate al portero. La acción, la sangre, Zagalá con un collarín en la camilla, paridad de nuevo numérica sobre el césped... El Castellón dio otro paso más atrás y Nikola, en el quinto minuto de los nueve de descuento, batió a Cristian Herrera (ni Zagalá hubiese podido detener el misil del balcánico) para cerrar el Villarreal C-Castellón más áspero que uno recuerda.