El coordinador de la cantera del Villarreal, Raúl Herrera, valora los últimos incidentes violentos surgidos en el fútbol base de equipos nacionales como «lamentables» y explica en Mediterráneo cómo intenta el club amarillo que se produzcan episodios como este en la Ciudad Deportiva, un escenario en el que cada fin de semana se disputan unos 20 partidos de diferentes categorías: «Hacemos una reunión con los padres a principio de temporada y el contacto con ellos y los jugadores es continuo. Lo principal es que les decimos que no se puede presionar a los jugadores, rivales o al árbitro. En el campo solo se puede animar», añade.

Reconoce Herrera que «afortunadamente no se han dado casos de violencia como los que hemos visto recientemente», aunque admite que «sí se ha realizado algún toque de atención a algún padre o jugador». Ante una situación conflictiva «se ha intentado poner remedio y si no al final de temporada se ha prescindido del jugador por su actitud». Y es que en la cantera del Villarreal «los jugadores lo tienen claro, si hacen una tontería se van fuera».

La comunicación, por lo que cuenta Raúl Herrera, es uno de los pilares para que no se den actos violentos o insultos en los que estén involucrados jugadores o sus padres en el fútbol base amarillo: "Cuando vienen ya lo hacen predispuestos, saben dónde están, además después tienes reuniones continuamente con ellos".