Enrique, a diferencia de otros que ni aparecen por el palco de Castalia, sí se rompe la cara por el Castellón. ¿El resultado? Una fractura en el pómulo que le coloca en la puerta del quirófano y a un periodo de convalecencia que no bajará de las seis semanas.

El central fue convencido a última hora del domingo para que se acercara a un centro hospitalario de Valencia, donde pasó la noche en observación. Durante toda la mañana de ayer, fue sometido a todo tipo de pruebas, que le diagnosticaron «fracturas zigomáticas desplazadas y fracturas del seno maxilar desplazadas», fruto del golpe recibido el domingo ante al Almoradí, que motivaron su sustitución. En términos más asequibles, tiene rotos dos huesos, justo por debajo del ojo izquierdo, aunque este se ha salvado. La operación, que tendrá lugar mañana en Valencia, garantizará una mejor curación.

El percance de Enrique deja un reguero de polémica, al ser atendido, primero en la grada de Castalia y después en el vestuario, por Santi Rincón, el que hasta hace unas semanas era el responsable médico del Castellón (se fue por los impagos), vacante que aún no ha sido cubierta y que ya ha dejado un par de imágenes denigrantes para el club, afortunadamente sin que los contratiempos fueran a mayores.

Castelló pierde a uno de los mejores jugadores, auténtico pilar del sistema defensivo con el que no cuenta, como muy pronto, hasta febrero. El plazo mínimo de convalecencia ronda el mes y medio, aunque teniendo en cuenta las dificultades en la recuperación de otros lesionados de esta misma temporada (por las restricciones derivadas de la delicada situación económica del club), como Zagalá, Álex López o Marenyà, invitan a pensar que su baja será superior. Eso sí, con una máscara, el tiempo se reduciría.

¿QUÉ PASA CON ARTURO? // Y, mientras tanto, Arturo sigue en el limbo, cortado por el club aunque sin solucionar todavía su salida. El futbolista litiga con Cruz, lo que convierte en casi imposible la reversibilidad de su situación. Todo el mundo, el entrenador el primero, sueña con que el presidente dé marcha atrás pero... Desde luego, Castelló no espera a ningún recambio. «Sustituir a Enrique, ahora, es complicado, por muy buenos jugadores que haya en el filial», ya manifestó el técnico el mismo domingo.