Desde el primer día de pretemporada, el Villarreal tenía prácticamente la plantilla cerrada. Es cierto que el club no desaprovechó después una oportunidad de mercado como la que se ofrecía con Fornals, o que ante la salida de Soldado se movió rápido para encontrar un recambio de sobradas garantías como Bacca, pero lo cierto es que Escribá lleva trabajando con el grueso de la plantilla desde el 6 de julio.

Y vaya plantilla. El técnico cuenta con uno de los mejores porteros de la Liga como Asenjo, que volverá más pronto que tarde. Hasta entonces, Andrés seguirá demostrando que es un seguro bajo palos. Más de lo mismo en la defensa, que fue la línea más destacada el ejercicio anterior. La salida de Musacchio se ha suplido con un central de gran presente y futuro como Rubén Semedo.

En el centro del campo, al margen del citado Fornals, uno de los fichajes más importantes debe ser Cheryshev, casi inédito en la temporada pasada. La delantera es la línea que más novedades presenta, con un seguro de gol como Bacca, unido a Enes Ünal, una de las apuestas más fuertes de la secretaría técnica, que llega avalado por los 18 goles que anotó en la Eredivisie con solo 19 años.

Estos nombres se unen a los que ya estaban, que fueron capaces de concluir la última Liga en quinta posición. Escribá tiene así entre manos una de las mejores plantillas de la historia del Villarreal y si consigue que estas individualidades formen un grupo, los éxitos están asegurados.