En fútbol todo es opinable. Sin embargo los números no ofrecen resquicio al debate porque son irrefutables. Como el algodón...no engañan. Y los de Fran Escribá con el Villarreal CF son de renovación. El paralelismo con las cifras que figuraban en el impoluto expediente de su antecesor, Marcelino García Toral, es bastante similar.

Escribá tiene a estas alturas tres puntos menos que los que contabilizaba la pasada campaña el anterior inquilino en el banquillo del Estadio de la Cerámica a siete jornadas del final del campeonato de la regularidad. Un balance similar, aunque la irrupción del Sevilla en la zona de Liga de Campeones, dificulta mucho las aspiraciones de los amarillos a repetir jugar una previa de Champions a finales del próximo verano.

Esa victoria menos —y derrota más— es el único aspecto en el que el Villarreal de Fran Escribá estaá por debajo de las prestaciones del Villarreal 2015/2016, que, como ahora, marcó en 22 de las 31 jornadas y dejó su portería a cero en 14 encuentros de Liga, datos calcados en las dos etapas.

MÁS GOLES // Sin embargo, la llegada de escribá al banquillo del Submarino ha mejorado otras estadísticas importantes del equipo, más efectivo y más seguro que en el pasado ejercicio. Con el técnico valenciano, el porcentaje de tantos por partido ha subido. Los amarillos marcan 1,45 goles por encuentro, en lugar de los 1,25 del pasado ejercicio. Eso sí, el Submarino sigue sin tener una clara referencia en el ataque, con un gol muy repartido, una característica que se mantiene. La pasada campaña Cédric Bakambu fue el pichichi del equipo, con 12 goles; en la presente Liga el máximo goleador del equipo no parece que se irá mucho más allá, si es que alguien consigue igualar la cifra del cogoleño. De momento, Soriano y Sansone —ocho y siete goles, respectivamente— son los más efectivos en la plantilla que dirige Fran Escribá.

Pero si en algo ha destacado el conjunto amarillo bajo el mando del valenciano es en la seguridad, faceta en la que está entre los mejores de las ligas más destacadas del continente. Si el Villarreal de Marcelino ya defendía bien (0,83 goles encajados por partido), el de Escribá, salvo alguna excepción, roza la excelencia (0,77). Solo el Atlético de Madrid está al nivel de seguridad del Villarreal.

Quizás sea un reflejo de la diferente personalidad de los dos últimos entrenadores que ha tenido el equipo —la vehemencia de Marcelino y la calma de Fran Escribá—, pero lo cierto es que el Submarino también ha vistos reducidos los castigos disciplinarios en esta etapa: las 85 tarjetas amarillas que el Villarreal había visto a estas alturas de la pasada Liga se han reducido a 69.