La última victoria en Pamplona ha supuesto un gran paso adelante en las aspiraciones del Villarreal, el gran beneficiado de la jornada intersemanal. El 1-4 en El Sadar se vio condimentado con la derrota del Athletic en Sevilla, que abre una brecha de cuatro puntos entre la sexta y la octava plaza —el séptimo jugará Europa League si el Barça cumple los pronósticos en su final de Copa ante el Alavés—, y el empate del Atlético en Riazor. Los rojiblancos han quedado a cuatro puntos, mientras la Real Sociedad, que ganó ayer al Betis y es cuarto, delimita la zona Champions a seis puntos.

Tan bien se ve la situación que Fran Escribá se ha visto obligado a dar un golpe de realidad ante la visita del Espanyol (18.30 horas, beIN laLiga), un rival que llegará al Estadio de la Cerámica dispuesto a acercarse a una zona europea que también atisba a una distancia asequible. El cuento de la lechera no convence al técnico amarillo: «No pensamos ni en ser cuartos ni quintos. El objetivo real es el Espanyol». En esa apreciación coincide con su antiguo socio de banquillo. «Parece que se habla de Europa como una obligación, cuando lo que toca es ser prudentes», señala Quique Sánchez Flores, el que fue jefe de Escribá en Getafe, Valencia, Benfica y Atlético.

BAJAR LA PRESIÓN / La táctica de los entrenadores del Villarreal y el Espanyol comenzó ayer con quitar presión sobre los objetivos de final de temporada —«solo si estamos en la actual situación cuando queden tres o cuatro partidos pensaremos dónde podemos llegar», apunta Escribá— y también en avisar de los respectivos peligros que esperan en la cita de esta tarde. Si el perico Sánchez Flores reclama un nivel de exigencia máximo ante un Villarreal «con una plantilla que podría jugar la Champions», el míster amarillo recela de un Espanyol en el que destaca «su repliegue y su contrataque». «Habrá que cometer pocos errores en el inicio de la jugada o en zonas de riesgo, y sobre todo no darles espacios para correr», analiza Escribá las principales virtudes de su rival. Evitar la velocidad en las réplicas será la obsesión de los amarillos; la contraria del Espanyol, preocupado por «el orden y los ataques largos» del Submarino. Un choque de estilos.

LAS NOVEDADES / Dotar a sus equipos de la máxima frescura también será una de las preocupaciones. Tanto Escribá como Sánchez Flores anuncian modificaciones. Las amarillas se producirán gracias a los jugadores que se recuperan con respecto a la visita a Pamplona. «Siempre está bien ver en la convocatoria a Bruno, Mario y Sansone», celebra el preparador del Submarino. El capitán y el lateral derecho regresarán al once después de cumplir la sanción por sus amarillas ante el Real Madrid; Sansone, por su parte, será otra opción para el ataque tras superar los problemas musculares que le hicieron perderse los tres últimos choques oficiales del Villarreal.

El Espanyol buscará «nueva energía» para mitigar los efectos de dos desplazamientos consecutivos (Vigo y, hoy, Vila-real) con las entradas de hombres como Jurado o José Antonio Reyes en un once con un solo delantero, el examarillo Gerard Moreno.

CONFIANZA EN EL EQUIPO / La prueba de hoy puede suponer el definitivo relanzamiento del Villarreal, que ha tenido sus vaivenes durante lo que llevamos de temporada, pero siempre manteniendo una línea general de regularidad que Escribá quiere que se le reconozca a su equipo, al que solo vio roto en dos ocasiones, «tras el 0-2 ante la Roma y a partir del 2-2 el otro día, ante el Madrid». «Aún reconociendo errores, el equipo ha competido siempre a pesar de los problemas», sostiene Fran Escribá, que pide la confianza en un grupo que «está en posiciones europeas durante la práctica totalidad de la Liga».