Ya veremos dónde estamos todos en el 2018», dijo Fernando Alonso en Rusia cuando se le preguntó por el plan de Honda de motorizar a Sauber el año que viene, dando a entender que medita no renovar con su actual equipo. El asturiano acababa de sumar su cuarto cero de la temporada, pero esta vez su McLaren ni siquiera pudo completar la vuelta de formación. El español bicampeón del mundo de F-1 con Renault en 2005 y 2006 empieza ya a tomarse, casi a risa, a broma, los problemas que sufre a diario en su coche, que ayer en Sochi, escenario de la cuarta carrera del año, le dejó tirado a 200 metros de la parrilla de salida, justo cuando se paró. Fue, según contó el piloto español, un problema en la unidad del motor que recupera energía, es decir, en el propulsor Honda, de nuevo.

Alonso reconoció que, cara al Gran Premio de España, que se celebrará dentro de 15 días en el Circuit de Catalunya (14 de mayo), tienen «mucho que mejorar» y espera que haya «alguna cosa nueva». El bicampeón asturiano reconoció que los pilotos no pueden hacer mucho «o nada» cuando el coche no es fiable. «Nosotros nos preparamos física y mentalmente, llegamos al circuito, trabajamos con nuestros ingenieros, lo dejamos todo en la pista y, si el coche no va, nos volvemos a casa, seguimos metiéndonos en el gimnasio y preparándonos a tope para, llegado el siguiente gran premio, ayudar todo lo que podemos. No hay más, no podemos hacer más», puntualizó.

Y entonces una televisión suramericana le preguntó si entendía que la escudería Sauber haya anunciado ya que la próxima temporada tendrá motores Honda. «Bueno, no sé, es una pregunta para ellos. Si han tomado esa decisión es que pueden pensar que es lo mejor, creerán que es el motor ideal. No sé, ya veremos que es de cada uno en 2018», respondió un resignado Fernando.

OTRO ENFADADO // Si el asturiano se marchó a casa bastante decepcionado (la única alegría para los españoles la dio Carlos Sainz, que llevó su Toro Rosso a los puntos por delante de su compañero a pesar de una sanción en la parrilla), también andaba muy mosqueado Lewis Hamilton. «No ha sido un fin de semana normal, tengo que volver y pensar junto al equipo qué ha pasado», manifestó el líder de Mercedes, cuarto en Rusia, bastante distanciado de Bottas. Lo hizo tan bien Valtteri en la arrancada que su paisano Raikkonen ni se enteró. «Por qué estoy detrás de Bottas», preguntó Iceman por radio tras la parada en boxes. «Perdona, pero Bottas es el líder de la carrera», le dijo su ingeniero con suavidad. «Vaya, estoy bastante despistado», contestó Kimi, uno de los finlandeses, junto a Mikka Hakkinen, Keke Rosberg y Heikki Kovalainen, que habían ganado un GP de F-1 hasta la llegada de Bottas. «Con este triunfo, ¿renovarás a Valtteri?», preguntó Eddy Jordan a Wolff desde el podio. Y el jefe asintió con la cabeza. Mal asunto para quienes aspiran a ese asiento, como los españoles, con un Alonso que estuvo cerca meses atrás.