Pocas veces en el fútbol un solo cambio adquiere la trascendencia que alcanzó la salida de Pablo Fornals al césped de Butarque, el pasado domingo. El castellonense, titular en los tres partidos anteriores de Liga, fue uno de los elegidos por Calleja para iniciar las rotaciones en vistas del duro calendario que espera al Submarino antes del próximo parón, con seis partidos oficiales por delante (cuatro de Liga y dos de Europa League) y la obligación de hacer frente a dos compromisos por semana hasta el 7 de octubre.

Fornals fue el factor diferencial en el último triunfo ante el Leganés, aunque el centrocampista, con su habitual humildad, trate de restar importancia a una actuación que revirtió la mala imagen de los amarillos en los primeros 45 minutos para dar paso a un Villarreal mucho más consistente e incómodo para el rival con el 8 sobre el campo. «No creo que el haber ganado en Leganés haya sido por Pablo Fornals; fue el trabajo de todo un equipo que supo sufrir en un estadio en el que siempre es difícil sacar algo positivo», refleja el centrocampista, feliz por el hecho de que su equipo haya podido iniciar la línea que «todos» quieren.

Pero los datos son los que son. Con Fornals en el banquillo, el Submarino vio peligrar su integridad en un buen número de ocasiones ante los pepineros, con el peligro añadido de que el Villarreal pudiera verse en la cola de la tabla de Primera. La salida de Fornals no solo dio más intensidad ofensiva a un Submarino atascado en el primer exacto, sino que también empezó a equilibrar otros factores, hasta su aparición, negativos para el equipo de Calleja. En la segunda parte, los amarillos empezaron

a ratificar su mayor calidad con la posesión, que al final cambió de bando con casi un 54% para el Villarreal. El número de balones perdidos fue menguando hasta acabar el duelo en positivo (120 errores del Leganés por 112 del Submarino), a la vez que el mayor control con la aportación del castellonense obligó a los locales a tener que parar a los groguets con más faltas. Y una de ellas provocó el gol, el de Bacca, que da una gran dosis de moral a un equipo que notó durante muchos minutos las dudas e inseguridad de estar en zona de descenso.

BUENA LECTURA / Pero más allá de las siempre frías estadísticas, la mejor aportación de Fornals como revulsivo del Villarreal en Butarque fueron las sensaciones. Fornals supo encontrar su mejor posición en el campo para empezar a fortalecer las opciones de su equipo. «Desde fuera, en la primera parte, se podía ver donde estaban los espacios que podíamos aprovechar y al salir al campo intenté ponerme en la zona donde creía que podía hacer daño y encarar con opciones la línea defensiva del Leganés», explica el centrocampista, que leyó a la perfección lo que quería Calleja con su entrada en juego. El penalti fallado por el equipo de Pellegrino, la precisión en el golpeo de Layún y la capacidad rematadora de Bacca hicieron el resto para que el Submarino emergiera en la Liga con su primera victoria.

MENOS VISTOSO, MÁS EFECTIVO / Quizá, la del domingo no fue la versión más atractiva del Villarreal, que creó más ofensivamente, por ejemplo, en las derrotas en casa ante la Real Sociedad y el Girona, pero acabaron sin llevarse «nada», apunta Fornals, que destaca «la entrega» como el factor determinante para sumar «tres puntos que saben a gloria», en definitiva lo que les «hacía falta».

Sin la presión en la competición doméstica, el Villarreal encara ahora con ánimos renovados el estreno en la Europa League, en el que Fornals opina que el Rangers obligará a hacer «un partido igual de serio o más que el último en Leganés». El jueves, el castellonense avanza a un Submarino que tenga «posesión y toque» como señas de identidad. «Debemos imponer nuestro estilo desde el principio. Que sean ellos los que sufran y no al revés», proclama el jugador más determinante en la primera victoria de la temporada.