Ganar, bendita rutina. El Castellón se ha acostumbrado de tal forma, que vence por inercia. No es que no lo mereciera, pero el 3-0 al Recambios Colón no fue fruto de la brillantez, sino de la funcionalidad de un equipo cada vez más cerca de los dos primeros y cada vez más lejos del pelotón de candidatos a los play-off.

Volver de un paréntesis cuesta, más aún cuando si lo que has dejado atrás son las vacaciones de una Navidad que sigue y a la que cualquier futbolista, antes persona, no es ajeno. Esa inercia, como cuando estuvo ocho jornadas sin ganar, fue la que le condujo a la séptima victoria consecutiva.

Mañana fría más que gélida, pero la humedad reinante y el chaparrón en el arranque del encuentro, unidos sobre todo a la temperatura ambiental de un Castalia cuya afluencia no sube pese a las iniciativas del club (campaña de abonos de segunda vuelta y, ayer, entrada gratuita tanto para los menores de 12 años como para los que donaban un juguete), no contribuían a entrar en el partido. El rival, menos todavía, un Recambios Colón que representa perfectamente cuál es la realidad albinegra.

Los valencianos, con una vanguardia repleta de ex (Adolfo, Dani Galán y Carrascosa), salieron respondones y, aunque sin tino, ya habían rematado cuatro veces en 15 minutos. Los locales, sin encontrar la conexión ni con la doble M (Marenyà y Meseguer) y a chispazos con Pruden y Jorge Giménez (la sorpresa del once y el único cambio respecto a Paterna, en lugar de un Carrillo tocado), se convirtió en un equipo previsible. Vamos, que si hubiese sido balonmano, le hubiesen pitado pasivo en casi cada acometida suya.

A FAVOR // Lo de la tendencia te permite que, haciendo poquito, marques. Pruden botó una falta que posibilitó un cabezazo tan potente de Juanra que dobló las endebles manos del guardameta adversario y, lentamente, el balón quedó depositadó en la red.

El 1-0, a los 19 minutos, templó a un Castellón que merodeó el 2-0 en las esporádicas pero siempre valiosas apariciones de Pruden, que voleó mal primero pero asistió a Jorge Giménez, en otro remate que no fue entre palos. El Recambios Colón, demasiado barroco en sus ataques, se limitó a replicar en dos disparos lejanísimos de su lateral izquierdo, Monleón, aunque Carrascosa, nada más volver del vestuario, estuvo cerca de castigar la abulia albinegra, pero Campos abortó el 1-1.